¿A qué huele el espacio? Esto es lo que dicen los astronautas
- El espacio exterior tiene un aroma único que los humanos no podemos percibir directamente, pero que podemos intuir gracias a los relatos de los astronautas.
- De acuerdo con los expertos, el espacio desprende un olor a quemado, pero esto tiene una explicación científica.
- Científicos descubren que el cerebro sufre un “recableado” tras los 40 años que explicaría muchas cosas.
Aunque el espacio ha sido explorado en diversas misiones espaciales, sigue envuelto en múltiples secretos y maravillas que desafían nuestra comprensión.
No hay ninguna duda de que la curiosidad humana se ve aguijoneada por la idea de un espacio que va más allá de lo visual y lo tangible, un espacio que podría sorprendernos incluso en el sentido del olfato.
¿Qué tan valiente tendrías que ser para desprenderte del casco y exponerte al vacío del cosmos? Aunque nadie ha sido tan temerario como para hacerlo, todos sabemos que el universo no tiene aire y que tratar de respirar allí sería mortal.
Pero esto expone una pregunta fascinante que seguramente te habrás planteado alguna vez: ¿tiene el espacio algún aroma que se pueda detectar incluso con el casco puesto?
Cabe señalar que el espacio no está tan vacío como parece, y alberga una variedad de partículas y gases que pueden interactuar con nuestros sentidos.
Algunos astronautas que han vuelto de sus misiones espaciales han relatado con asombro cómo el espacio huele a cosas tan diversas como metal quemado, carne asada o frambuesas.
¿Cómo es posible que el espacio tenga olor, si no hay aire que transporte las moléculas aromáticas? La respuesta a esta pregunta nos invita a descubrir los secretos de la materia interestelar y las reacciones químicas que ocurren allá afuera.
El olor del espacio
El astronauta Don Pettit describió el olor del espacio como una sensación metálica bastante agradable, que recordaba a los vapores de soldadura de sus tiempos de estudiante. Otros colegas suyos han usado términos como metal quemado, nueces y pólvora e incluso galleta de almendras quemadas para referirse a este fenómeno.
Algunos expertos sugieren que se trata de partículas de polvo cósmico o de restos de satélites que se ionizan al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, creando una capa de ozono que impregna los trajes espaciales.
Los átomos de oxígeno que se encuentran en el espacio exterior se pegan al traje del astronauta y permanecen en suspensión mientras la presión es baja, formando oxígeno atmosférico (O2) al unirse.
También se relaciona con los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), que no son más que moléculas orgánicas que se forman en el espacio cuando las estrellas agonizantes colapsan y liberan una gran cantidad de energía.
Estos HAP tienen un olor a quemado que se percibe en el espacio, y que refleja la historia de las estrellas que han nacido, brillado y muerto en el inmenso universo.
Otras hipótesis apuntan a que se debe a la reacción química entre el oxígeno y el metal de las naves o a la liberación de gases residuales de los propulsores. Sea cual sea la causa, este olor del espacio es una muestra más de la fascinante experiencia que viven los astronautas al explorar el cosmos.
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