Muchas veces parece que el cine de Hollywood se divide principalmente en tres: las grandes producciones con muchísimos millones a sus espaldas, la serie B y las películas independientes. 

Sin embargo, hay ocasiones en que estas últimas pueden incluso hacer palidecer en taquilla a los proyectos más ambiciosos. 

Algunas veces, una buena idea, una propuesta original o unos personajes conocidos pueden ayudar a que películas que costaron una miseria logren recaudar millones en taquilla. Aquí te dejamos algunos de los mejores negocios de Hollywood. 

El proyecto de la bruja de Blair (1999)

Una de las películas de terror más innovadoras de todos los tiempos, y también una de las más escalofriantes. 

Su propuesta simulando un falso documental (apoyada en una brillante campaña de márketing) no solo logró atrapar al público, sino prácticamente crear un género propio, al que después se sumarían éxitos como Paranormal Activity o Monstruoso (Cloverfield). 

El proyecto de la bruja de Blair alcanzó en taquilla los 248.639.099 y costó, atención, la ridiculez de 60.000 dólares. 

Las Tortugas Ninja (1990)

Las Tortugas Ninja, o Teenage Mutant Ninja Turtles, supusieron una revolución en muchos sentidos. Primero, porque nacieron como un cómic independiente creado por Kevin Eastman and Peter Laird, casi a modo de parodia de Daredevil, y lograron un éxito rotundo. 

Lo mismo que sucedió con su primera adaptación al cine, más cercana al cómic que a los dibujos animados, y que durante muchos años fue la película considerada independiente más rentable de la historia. Antes de ser superada, precisamente, por El proyecto de la bruja de Blair. 

Pulp Fiction (1994)

Que no te engañe su grandioso reparto encabezado por Bruce Willis, John Travolta o Samuel L. Jackson. En realidad, Pulp Fiction, una de las películas más rompedoras y recordadas de los años 90, costó realmente poco, comparada con las grandes iniciativas de Hollywood: solamente 10 millones de dólares.

Al final, no solamente logró recaudar más de 200, sino que además se ha convertido en todo un clásico de culto, que parece no pasar nunca de moda. 

Full Monty (1997)

A pesar de partir de una idea bastante sencilla, lo cierto es que Full Monty se convirtió prácticamente en un fenómeno cinematográfico desde el momento de su estreno, y en una comida muy apreciada por crítica y público. Solamente costó 3 millones y medio.

La historia, como casi todo el mundo sabe, gira en torno a un grupo de trabajadores en paro que decide montar su propio espectáculo de striptease. 

Lost in Translation (2003)

Sofía Coppola no lo tuvo fácil para convencer a Bill Murray de que protagonizara su conocida película de culto ambientada en Tokio. 

El popular cómico, a pesar de que su carrera no pasaba por su mejor momento, se negó en repetidas ocasiones en aceptar el papel. Hasta el mismísimo Francis Ford Coppola tuvo que intervenir para que lo hiciera.

Al final la cosa salió bien: Lost in Translation costó solamente 4 millones de dólares y logró alcanzar los 100 millones en taquilla. 

Demostraciones, todas ellas, de que el público muchas veces es impredecible, y que da igual el género o la propuesta de un film, pero también la inversión que requiera. El éxito no conoce de talonarios.