El steampunk es un subgénero dentro de la ciencia ficción que ha influido a muchas obras de renombre. Para empezar, dentro del mundo de los videojuegos, como sucede con casos como el de BioShock, Gravity Rush o Fallout, cuyas sagas están claramente marcadas por su particular estética. En el caso de esta última franquicia, además, esta se ha respetado en su salto a la serie de Amazon Prime Video. 

¿Y qué sucede con el mundo del cine? Pues tres cuartas partes de lo mismo. Aunque quizá no siempre resulta tan popular como otras corrientes dentro de la ciencia ficción, el steampunk, su particular estética y sus mundos imposibles han dejado obras realmente destacables, otras entretenidas y algunas cuanto menos curiosas. Estas son las más imprescindibles para entender el género.

Wild Wild West (1999)

Adaptación muy libre de una antigua serie de televisión, esta efectista producción intentó aprovecharse principalmente del tirón comercial que Will Smith tenía a finales de los años 90. Tanto, que incluso él mismo se encargó de interpretar la banda sonora de la película. 

En realidad, era la típica cinta de aventuras “made in Hollywood” con ritmo, humor y poca sustancia, pero su ambientación steampunk da muestras claras de esos “pasados futuristas” tan habituales dentro del género. 

La máquina del tiempo (2002)

Basada en la novela de H.G. Wells, y protagonizada por Guy Pearce y Jeremy Irons, esta versión más o menos moderna del clásico tiende más a las aventuras y el steampunk que a la ciencia ficción pura y dura. 

Ni la crítica ni el público se mostraron entusiasmados con ella, a pesar de que incluso estuvo nominada a un Óscar (por el maquillaje, eso sí). 

Brazil (1985)

A media camino entre el drama, la distopía social e incluso la comedia, hay que reconocer que Brazil fue una de las producciones más originales y atípicas de cuantas se realizaron durante los años 80. E incluso uno de los films más excéntricos dentro de la carrera de Robert De Niro. 

En su momento se alabó su estética (con marcados dejes steampunk y ciberpunk, entre otras muchas cosas), pero poco más. Hoy en día, en cambio, está considerada una cinta de culto y muchos la consideran una obra maestra. 

Mortal Engines (2018)

Mortal Engines tiene ciertas similitudes con Fallout. Solo que en este caso el cataclismo mundial no llevó a sobrevivir en refugios subterráneos, sino en ciudades gigantescas que no dejaban de moverse solas. Incluso estéticamente hay también algunas semejanzas. 

Por desgracia, y al contrario de lo que ha sucedido con la serie de Fallout, la crítica se cebó bastante con Mortal Engines, lamentando su ritmo deficiente, y el público hizo el resto: recaudó menos de lo que costó.

El castillo ambulante (2004)

Muchas películas de animación también han buscado inspiración en la estética steampunk. Sin ir más lejos, Disney probó fortuna con Atlantis: El imperio perdido o El planeta del tesoro (probablemente dos de sus películas más infravaloradas). 

Pero si hay un film de dibujos que refleje mejor que nadie la magia steampunk, ese es sin duda El castillo ambulante, de Hayao Miyazaki, una de las últimas películas del Studio Ghibli en estar a la altura de sus grandes clásicos. 

Teniendo en cuenta todas estas películas, y muchas otras, puede llegarse a una conclusión clara: quizá el steampunk pueda estar más o menos de moda (como sucede ahora, gracias a Fallout), pero es uno de esos subgéneros que, de una forma u otra, siempre está ahí. Por suerte.