Las secuelas, franquicias y continuaciones baratas están a la orden del día en el mundo del cine, sobre todo en lo que se refiere a la actualidad de Hollywood. 

Tanto es así, que mucha gente se queja de la falta de creatividad que actualmente parece afectar a la industria norteamericana, por mucho que se entienda que, en su negocio, los números al final mandan. 

Pero hay ocasiones que, saltándose la normalidad, se tarda muchísimo en dar luz verde a la segunda parte de una producción, por diversas razones. 

Este está siendo el caso de uno de los estrenos más esperados, Gladiator 2, pero no ha sido único. Aquí te dejamos 5 secuelas que han tardado más de 20 años en ver la luz (y aún así han logrado triunfar). 

Blade Runner 2049 (2017)

Una de las secuelas que más tiempo tardó en llevarse a cabo fue sin duda la de la película de culto Blade Runner, estrenada en 1982. La explicación es sencilla: el film, aunque adorado por muchos amantes del cyberpunk y considerado una obra maestra por los cinéfilos de todo el mundo, no funcionó en taquilla. 

Una realidad heredada por su tardía secuela: Blade Runner 2049 tampoco logró buenos resultados tras su estreno, aunque, eso sí, logró compensarlo cuando llegó a formato doméstico. 

Trainspotting 2 (2017)

21 años fue el tiempo exacto que tardó Trainspotting 2 en continuar las peripecias de los personajes vistos en esta transgresora cinta de los años 90. Incluso logró poner de acuerdo al director y gran parte del reparto original para hacerlo. 

Al final, eso sí, el resultado demostró lo que mucha gente se temía: que Trainspotting no necesitaba una segunda parte, por mucho que esta intentara conservar el tono de decadencia social de la original. 

Dos tontos todavía más tontos (2014)

Hay veces que las secuelas se dilatan en el tiempo por otro motivo: sus principales responsables no tienen interés en volver a retomar sus personajes hasta que sus carreras parecen obligarles a hacerlo. Así sucedió con Dos tontos muy tontos y Jim Carrey. 

En el momento de su estreno, esta comedia llamó la atención por su humor políticamente incorrecto e irreverentes bromas, pero está claro que la forma de pensar ha cambiado mucho desde 1994, y hoy, directamente, muchos chistes de las películas de los hermanos Farrelly no se comprenden igual, por no decir que casi que podrían estar prohibidos. 

Wall Street: el dinero nunca duerme (2010)

También más de veinte años tardaron Oliver Stone y Michael Douglas en hacer una secuela de una de las cintas más aclamadas de los años 80: Wall Street, una profunda visión del mundo de las finanzas (y las ambiciones) estadounidenses que vio la luz en 1987. 

¿El resultado? La crítica golpeó con fuerza este regreso, justo al revés de como en su día encumbrara a la primera. ¿Quizá se debiera a que Shia LaBeouf y Carey Mulligan no tenían la gracia de Charlie Sheen y Daryl Hanna? 

Psicosis II: El regreso de Norman (1983)

Curiosamente, las secuelas tardías no son un fenómeno nuevo. O no del todo. En 1983, Universal Pictures de lío la manta a la cabeza y dio luz verde a Psicosis II, una continuación directa del gran clásico de Alfred Hitchcock. Para ello contó con el reclamo de recuperar al siempre inquietante Anthony Perkins. 

Además, contra todo pronóstico, la segunda parte, si bien no alcanzaba la grandiosidad de la original, era una cinta de suspense bastante bien resuelta y con sus atractivos. Tanto, que permitió la llegada de dos secuelas más. La última de ella, eso sí, un telefilm estrenado en 1990, era más bien para olvidar. 

Este año, además, también experimentaremos uno de los regresos más esperados en mucho tiempo: Tim Burton y Michael Keaton unirán de nuevo sus fuerzas en Beetlejuice 2. ¿Cumplirá también con aquello de que más vale tarde que nunca?