El periplo de la sonda Voyager 1 por el espacio interestelar no está siendo nada fácil, y no obstante nos dejan de reportarse problemas desde finales de 2023.

Se podría decir que la Voyager 1 es uno de esos objetos artificiales creados por el ser humano más fascinantes de todos los tiempos, y ya es el objeto creado en nuestro planeta que más lejos ha llegado en el espacio.

Pero lo cierto, es que la sonda Voyager 1 de la NASA ha estado enviando datos científicos ininteligibles a la Tierra desde finales del año pasado, aunque recientemente se reportaba que parecía estar recuperándose.

Sea como fuere, la NASA ha emitido un nuevo informe en el que han confirmado que la causa de que la sonda no esté funcionando nada bien a la hora de enviar información a la Tierra, es una porción de la memoria corrupta de su sistema de datos de vuelo (FDS).

FDS es el ordenador responsable de compilar los datos de la sonda antes de que la unidad de modulación de telemetría y el transmisor de radio los envíen a la Tierra.

“A principios de marzo, el equipo emitió un comando para solicitar a la nave espacial que enviara una lectura de la memoria FDS, que incluye el código del software de la computadora, así como variables (valores utilizados en el código que pueden cambiar según los comandos o el estado de la nave espacial). Utilizando la lectura, el equipo confirmó que aproximadamente el 3% de la memoria FDS estaba dañada, impidiendo que la computadora llevara a cabo operaciones normales”.

Básicamente hablamos de un chip que no funciona, el procesador que se encarga de almacenar parte de la porción afectada de esta memoria.

La NASA baraja que lo causante del fallo haya sido el impacto de una partícula energética procedente del espacio exterior, o simplemente por la edad del silicio que ya ronda los 46 años.

El camino y destino de la Voyager 1

La Voyager 1 fue lanzada en 1977, y llegó a pasar cerca de Saturno y Júpiter, aunque ya se encuentra en el espacio exterior.

De hecho, la Voyager 1 es el primer objeto creado por el ser humano que ingresa al espacio interestelar, es decir, esa región fuera de la heliopausa y lejos del alcance de nuestro sol.

Se necesitan 45 horas combinadas desde que se envía una orden a la nave espacial hasta que se recibe una respuesta en la Tierra.

De esta forma pueden pasar semanas o meses hasta que los ingenieros de la NASA encuentren una manera de que el FDS vuelva a funcionar normalmente, de modo que la nave pueda volver a enviar datos científicos y de ingeniería utilizables en la Tierra.