Tras celebrarse de forma virtual en años anteriores, la feria E3 volvía a ser presencial en 2023. Pero la ausencia de Sony, Nintendo y Microsoft, ha sido demasiado para los organizadores. E3 2023 ha sido cancelada, y no se sabe si volverá.

Más allá se las circunstancias, el fin del E3 cierra también una época de la industria de los videojuegos, que ha durado casi 30 años.

La Electronic Entertainment Expo se estrenó en 1995, y rápidamente se convirtió en la feria de videojuegos más popular. Se celebraba en junio, así que las grandes compañías aprovechaban para presentar los títulos que lanzarían en Navidad.

Era una época en la que todavía poca gente tenía Internet, y los streamings de vídeo eran ciencia-ficción. Los vídeos de YouTube aún tenían poca calidad, y la mayoría de la gente solo podía acceder a una conexión lenta.

En aquellos años la mayoría de los gamers se informaban a través de las revistas de videojuegos, que hacían su agosto vendiendo el número con las novedades del E3.

E3: la pandemia lo cambia todo

Con el tiempo, Internet y lo virtual se fue extendiendo, pero el E3 siguió celebrándose con interés. Eran épocas de bonanza económica y las compañías podían permitírselo.

Pero entonces llevó el COVID, y las ferias presenciales se cancelaron. Con el auge del streaming, las compañías se dieron cuenta de que podían captar la misma atención montando una presentación virtual, y publicitando sus productos a través de las redes sociales y los influencers.

Este año las ferias presenciales han vuelto... pero los exponedores ya no están interesados. En el pasado MWC 2023 no se presentaron los bombazos de antaño, y tras el anuncio del nuevo E3 2023 presencial, los gigantes Sony, Microsoft y Nintendo, declinaron la invitación. Sin ellos en la feria, el interés caería en picado.

La realidad es que a las compañías ya no les compensa montar un stand en una feria, llevar hardware, productos y empleados, y hacer una presentación en directo. Es demasiado caro, y estamos en plena crisis económica. Van a obtener el mismo alcance con una presentación virtual cuando ellos crean conveniente, y por mucho menos dinero.

También influye que los ciclos de creación de videojuegos han cambiado. Antes todo giraba alrededor de los lanzamientos navideños, así que un E3 en junio era un buen momento para anunciarlos.

Ahora se lanzan videojuegos todo el año, los plazos son diferentes. Incluso aunque Nintendo, Microsoft o Sony hubiesen querido acudir a la feria, posiblemente alguna de ellas no tendría nada interesante que mostrar.

Ver a todas las compañías luciendo sus productos al mismo tiempo tenía algo de mágico, y también de competición y pique. "¿Quién ha ganado el E3?", era una pregunta que solía hacerse. Ahora presentan los productos cuando les conviene, y se ha perdido esa magia.

La cancelación de la feria E3 2023 es una noticia triste, por la nostalgia que conlleva. Pero los tiempos cambian, y las ferias presenciales solo tendrán sentido cuando la economía vaya bien. Como un extra, no como una necesidad.