Algunos elementos de la tabla periódica esconden peligros insospechados. Aquí, en un recuento adaptado, exploramos cinco de ellos, y sus usos cotidianos más comunes.

La calificación de elemento más peligroso de la tabla periódica puede variar dependiendo de los criterios utilizados, como la toxicidad, la radioactividad, la reactividad química o el impacto ambiental. 

Además de los elementos que más usamos cotidianamente en esta lista, hay otros que realmente son más peligrosos. Hablamos de los fundamentalmente radioactivos.

• Radio (Ra): históricamente vinculado con varios problemas de salud, incluyendo el famoso caso de las "Radium Girls", que sufrieron graves problemas de salud por trabajar con pintura luminosa que contenía radio.
• Uranio (U): Conocido por su uso en armas nucleares y reactores nucleares, el uranio es otro elemento altamente radiactivo y tóxico, especialmente peligroso debido a su potencial para la fisión nuclear.
• Plutonio (Pu): Similar al uranio, el plutonio es extremadamente radiactivo y es un ingrediente clave en las armas nucleares. Su manipulación y almacenamiento presentan desafíos significativos en términos de seguridad y protección ambiental. 

Respecto a aquellos con un uso más cotidiano, aquí va la lista de los elementos de la tabla periódica más peligros con los que podemos estar conviviendo a diario:

Polonio en detectores de humo 

El primer elemento en nuestra lista es el polonio, un elemento tan raro como peligroso. Descubierto por los Curies, su capacidad para emitir partículas alfa lo convierte en un enemigo invisible pero letal. 

El polonio se ha utilizado en algunos tipos de detectores de humo o dispositivos antiestáticos, especialmente en herramientas diseñadas para eliminar la electricidad estática en la fabricación de componentes electrónicos.

Cesio en sensores de cámaras

El cesio, un integrante del grupo de los metales alcalinos, reacciona violentamente al contacto con el agua. Mientras brilla en la precisión de los relojes atómicos, su naturaleza explosiva lo convierte en un elemento que es mejor admirar desde lejos.

El cesio se emplea en algunos sensores de imagen, como los utilizados en cámaras fotográficas y de video. Estos sensores, en situaciones poco comunes, pueden presentar riesgos si se descomponen y liberan el cesio, aunque la cantidad utilizada suele ser muy pequeña.

Arsénico en pesticidas y herbicidas

El arsénico, conocido por su toxicidad, se encuentra de forma natural en la corteza terrestre. Aunque se utiliza en ciertas aplicaciones industriales y medicinales, en altas concentraciones, puede ser mortal. Su historia como herramienta para asesinatos lo convierte en un elemento infame.

Aunque su uso ha disminuido, el arsénico todavía se encuentra en algunos pesticidas, herbicidas, y productos de preservación para madera. La exposición prolongada al arsénico puede aumentar el riesgo de varios tipos de cáncer y otros problemas de salud.

Plomo en tuberías y pintura

El plomo, conocido desde la época del Imperio Romano, ha sido protagonista de numerosos problemas de salud pública. Desde pinturas hasta tuberías, su presencia en productos cotidianos ha causado estragos en la salud humana, especialmente en el desarrollo infantil.

A pesar de que su uso ha disminuido significativamente debido a las regulaciones, el plomo todavía puede encontrarse en algunas tuberías antiguas, baterías de automóviles, y en la soldadura de algunos componentes electrónicos. La exposición al plomo puede causar graves problemas de salud.

Mercurio en termómetros y lámparas

Mercurio, único por ser un metal líquido a temperatura ambiente, esconde un lado tóxico. Utilizado históricamente en termómetros, su belleza plateada esconde riesgos serios para la salud, especialmente al ser inhalado o al contaminar cuerpos de agua.

La ruptura de un termómetro de mercurio puede ser peligrosa debido a la liberación de vapor. Uno de los riesgos más comunes ocurre cuando un termómetro de mercurio o una lámpara fluorescente se rompe. El mercurio líquido puede evaporarse rápidamente a temperatura ambiente, y la inhalación de sus vapores es peligrosa.

Además, el mercurio puede acumularse en el agua y el suelo a través de la disposición inadecuada de dispositivos que lo contienen. Esto puede resultar en la contaminación de la cadena alimentaria, particularmente en peces, lo que representa un riesgo para la salud humana cuando se consumen estos peces.

Estos cinco elementos, aunque fascinantes desde un punto de vista científico, representan riesgos considerables para la salud y el medio ambiente. Su estudio y manejo deben hacerse con extremo cuidado, demostrando cómo la química, tan esencial para nuestra vida diaria, también puede esconder peligros que debemos respetar y evitar.