Quien más y quien menos, todo el mundo tiene algún tipo de fobia. O, en el mejor de los casos, conoce a alguien que padece una. 

Al fin y al cabo, existen muchas que resultan realmente habituales, como a la oscuridad, las alturas, los espacios cerrados o al agua. Sin embargo, también sucede todo lo contrario: fobias tan raras que, en ocasiones, puedes llegar a creer que no son ciertas. 

Pero lo cierto es que sí, existen. Obviamente, el porcentaje de personas a las que afectan es muchísimo más reducido que las más corrientes, pero no por ello dejan de darse casos. Aquí te dejamos las 5 que más pueden llamarte la atención. Y no, no son ninguna broma. 

Alektorofobia o miedo a las gallinas 

Quizá entre las fobias más comunes estén las de los miedos a algunos animales, como pueden ser los perros. Un terror irracional a la hora de encontrarse con estas mascotas tan comunes. 

Pero también hay otras que tienen que ver con criaturas mucho menos frecuentes. Es lo que sucede con las gallinas. A priori, podrían parecer animales totalmente inofensivos y poco peligrosos, ¿verdad? Pues para algunas personas, no es así. 

Coulrofobia o miedo a los payasos

Aunque parezca únicamente sacado de películas de serie B, en realidad el miedo a los payasos no es tan infrecuente. 

De hecho, el propio Stephen King ha comentado en alguna ocasión que escribió It un poco por esta razón. Además, tampoco es extraño que este pánico a los payasos se dé tanto en niños como en gente ya adulta.

Koumponofobia o miedo a los botones 

Hay gente para quienes abrocharse una camisa puede suponer una auténtica pesadilla. Puede sonar raro, pero no por ello deja de ser cierto: algunas personas pueden desarrollar un miedo real a los botones y, como es natural, evitar todo lo posible ciertas prendas de ropa. 

Es el caso, según dicen, del propio Steve Jobs. De ahí podría explicarse la peculiar e informal vestimenta que solía utilizar en sus apariciones públicas. O incluso el diseño de algunos de sus productos.

Pogonofobia o miedo a las barbas

Actualmente, está bastante de moda dejarse crecer la barba, en mayor o menor proporción. Sin embargo, algunas personas seguro que no llevan nada bien esta tendencia estética. Es lo que sucede con aquellos que padecen pogonofobia; o lo que es lo mismo: miedo a las barbas. 

Nomofobia o miedo a no tener el teléfono móvil

Hay algunas fobias que, como es natural, van surgiendo a raíz de los avances tecnológicos. Una de las que más claro lo ejemplifica podría ser la nomofobia: el miedo a no tener el teléfono móvil. 

Ojo, y no hablamos de que en un momento dado te alarmes por haberlo perdido o no saber dónde se encuentra, sino de lo que es una fobia como tal: un miedo irracional y recurrente que va más allá de situaciones concretas y, por así decirlo, perfectamente comprensibles para cualquiera. Si tanta gente se pasa el día pegada a su teléfono, imagínate quienes sufren esta patología…