En muchos sentidos, puede decirse que Noruega es un gran país. Al menos, así lo dicen las propias estadísticas. Cada vez que se realiza un informe con los lugares más ricos del mundo, más seguros o más tranquilos, la nación escandinava ocupa una de las posiciones más destacadas de cada ránking. 

Esto, como es natural, se traduce en una considerable calidad de vida, a lo que los propios noruegos aportan filosofías o prácticas particulares. En este artículo, de hecho, vamos a ver el famoso método noruego con el que, según parece, se puede alcanzar la felicidad siguiendo unos sencillos pasos. 

El método Kos, o la felicidad noruega

Es muy difícil determinar no solo qué es la felicidad como tal, sino incluso saber cuáles son los caminos más propicios para intentar dar con ella. En ocasiones, ni siquiera los grandes pensadores, clásicos y actuales, parecen ponerse de acuerdo a la hora de definirla. Pero, a pesar de que cada persona tenga unas aspiraciones propias, es indudable que existe un concepto global. 

Si se entiende la felicidad como una forma de paz, de bienestar, de equilibrio, es fácil encajar el llamado método Kos en la ecuación que lleva hasta ella. Esta especie de enseñanza, popular en el norte de Europa, tiene además unos fundamentos muy sencillos, por lo que cualquiera puede ponerla en práctica sin requerir de grandes esfuerzos por su parte.

Para empezar, el método Kos destaca las relaciones con los seres queridos, o más concretamente el cuidado de las mismas. Según esta práctica, entender la naturaleza social de las personas y juntarnos con aquellas que nos hacen sentir bien resultaría básico para sentirte mejor. Siempre enfocando la unión con los otros de forma cotidiana y natural. 

Algo similar también sucedería con la propia naturaleza, ser conscientes de ella y entablar un vínculo ayuda a estar mejor, según el método Kos. Acciones tan simples como salir a pasear, respirar aire puro o realizar tareas de jardinería aportarían un beneficio al bienestar y a la salud mental.

El placer de las pequeñas cosas

La importancia del método Kos se manifiesta también a la hora de entender el mundo y la sociedad actual. Por mucho que en estos momentos se viva rodeado de todo tipo de servicios, contenidos y oportunidades, en ocasiones menos es más. Por eso una de las bases del método Kos pasa por algo sencillo y a la vez complicado: dar importancia a las pequeñas cosas.

Es decir, que para cumplir con esta fórmula noruega es importante conocer los alicientes que hacen que la vida de cada cual sea más disfrutable, y tenerlos bien presentes para así poder recordar a cada momento las motivaciones particulares para conservar el optimismo, sobre todo ante la aparición de diferentes adversidades. 

Quizá no sea del todo apropiado referirse al método Kos como filosofía de vida, pero sí como tres sencillos consejos -naturaleza, compañía, positivismo- que aportan su granito de arena a cada existencia, para así intentar hallar el camino a la felicidad. Un camino que no siempre está claro, por lo que toda ayuda es siempre bienvenida.