Fanta es una de las marcas más reconocidas de The Coca-Cola Company, y se ha ganado la preferencia de millones de consumidores en todo el mundo con su característico sabor naranja. 

Esta marca tiene una historia fascinante, que se remonta a los años 40 del siglo pasado, cuando nació como una alternativa creativa ante la escasez de ingredientes. Desde entonces, Fanta ha evolucionado y se ha adaptado a los gustos y preferencias de los consumidores de todo el mundo.

Pero, ¿te has preguntado alguna vez cómo surgió esta bebida carbonatada? La respuesta nos lleva a un momento crucial de la historia: la Segunda Guerra Mundial. 

La verdadera y oscura historia de Fanta

Durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania se enfrentó a un bloqueo económico de Estados Unidos, que apoyaba a Francia y Gran Bretaña. Esto afectó el suministro de Coca-Cola en el país europeo, ya que era una bebida muy popular entre los alemanes. 

Ante esta situación, Max Keith, el jefe de la filial alemana de la empresa de refrescos estadounidense, tuvo que idear una solución creativa. 

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Con la ayuda de unos químicos, desarrolló una nueva bebida a partir de los ingredientes más baratos disponibles en Alemania, como el azúcar de remolacha, el suero de leche y los restos de frutas, es decir, las sobras de las sobras. 

Al final, la bebida fue bautizada con el nombre de Fanta, una palabra que evocaba la "fantasía" (fantasie) en alemán. La Fanta rápidamente se convirtió en un fenómeno en el país alemán, puesto que era un refresco económico y sencillo de fabricar, además ofrecía un sabor dulce y refrescante. Se comercializaba en su mayoría en los países ocupados por el régimen nazi. 

La Fanta y el Tercer Reich

A pesar de que Max Keith no adhería a la ideología nazi, se vio obligado a colaborar con el régimen para mantener su empresa operativa en Europa. 

Estos aspectos han generado críticas hacia Fanta, cuyo origen se encuentra vinculado al Tercer Reich. No obstante, tras la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, Coca-Cola retomó el control total de Fanta, transformándola en una refrescante bebida de naranja con un distintivo sabor mediterráneo. 

La empresa emprendió esfuerzos para desvincular a Fanta de su pasado controversial, presentándola como una opción refrescante y lúdica.

A pesar de los intentos de rehabilitación, persisten dudas éticas entre algunos consumidores respecto a Fanta y su conexión histórica con el nazismo. La polémica continúa, y la bebida sigue siendo objeto de escrutinio en relación con su controvertido pasado.