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Esta es la razón por la que no deberías dormir en el despegue ni el aterrizaje de un avión

Enrique Luque de Gregorio

Esta es la razón por la que no deberías dormir en el despegue ni el aterrizaje de un avión

Viajar está más de moda que nunca. Quien más y quien menos, la mayoría de la gente suele coger un avión con cierta frecuencia. A veces, para llevar a cabo trayectos largos o nocturnos, a distintas horas

Dicho de otra manera: el tiempo que pasas en un avión parece un buen momento para dormir un rato. Tanto, que hasta se venden muchos complementos pensados precisamente para estos viajeros recurrentes o trucos para hacerlo

Pero aunque se trate de una práctica habitual, parece que existen ciertos momentos en los que es mejor permanecer despierto, y se argumentan razones al respecto. Si eres de los que ama coger un avión a cualquier parte a la mínima ocasiones, quizá te interese saberlo. 

¿Por qué no deberías dormir en el despegue ni el aterrizaje de un avión? 

Viajar en avión es, a día de hoy, una de las maneras más confortables de ir de un lugar a otro. Por eso es natural que mucha gente se duerme durante sus viajes en este medio de transporte, con más comodidad incluso que en el autobús o en un tren. Con todo, hay dos momentos específicos de los trayectos en los que quizá deberías resistir el abrazo de Morfeo. 

Según el medio Travel and Leisure, existe una buena razón por la que no deberías dormir en el despegue ni el aterrizaje de un avión. A su modo de entenderlo, estos son los instantes de un vuelo en los que es más probable que se pueda producir algún tipo de incidencia, según las estadísticas

Es por ello, que resulta aconsejable estar despierto para atender a las indicaciones pertinentes, de ser necesarias, para saber cómo actuar.

No tiene por qué tratarse siquiera de situaciones graves o peligrosas, pero sí es cuando se comparten información útil, como el estado del clima, la previsión de tráfico aéreo o la posible aparición de turbulencias a lo largo del trayecto. Si hay algo importante a lo que atender, estos suelen ser los momentos en los que se comunique, en la mayoría de los casos. 

Además, de producirse cualquier tipo de imprevisto, tu reacción siempre será más lenta o menos hábil si estás dormido. E incluso puedes provocar una demora no solo en tus acciones, sino también en la de otros miembros del pasaje. 

Cuidado con los oídos

Pero aunque es razonable, esta no es la única razón que se da para no dormir en el despegue ni el aterrizaje de una avión. La segunda, de hecho, es mucho más física. Durante el despegue y el aterrizaje es cuando muchas personas sufren un problema típico de los aviones: molestias en los oídos. 

Conocido como barotrauma del oído, el “oído de avión”, se produce cuando los cambios repentinos de presión del aire resultan en estrés para tus tubos de Eustaquio, que van desde el oído medio hasta la garganta y ayudan a regular el movimiento del aire. Esta molestia se puede aliviar generalmente moviendo la mandíbula o tragando. Si estás dormido, en cambio, puede complicarse más.

Por estos motivos, los expertos son tajantes: si quieres dormirte en un avión, es mejor que lo hagas cuando este ya se encuentre a la altitud debida, evitando el despegue y el aterrizaje. Motivos para ello, hay. 

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