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¿Realmente la luz azul deteriora la calidad del sueño?

¿Realmente la luz azul deteriora la calidad del sueño?

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¿Cómo afectan los cambios en la luz azul y amarilla a nuestro reloj circadiano y al sueño? Un nuevo estudio arroja luz sobre un área de investigación que es crucial para la comprensión del sueño y la vigilia.

La investigación involucró a 16 participantes en un entorno controlado. Se les expuso a tres escenarios de luz diferentes, todos calibrados para excitar igualmente la melanopsina, un fotopigmento clave en nuestras retinas, para comprobar su calidad de sueño

Estos escenarios incluían una condición de control, una luz amarilla intermitente brillante y una luz azul intermitente tenue. Los resultados fueron sorprendentes. 

No se encontraron diferencias concluyentes entre las condiciones de iluminación en términos de retrasos en la fase de melatonina circadiana, supresión de melatonina, somnolencia subjetiva, vigilancia psicomotora o sueño. 

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Algo que sugiere que los conos sensibles al color en nuestros ojos, que eran el enfoque del estudio, podrían no tener un impacto significativo en el sistema circadiano y el sueño bajo las condiciones probadas.

Imagínate estar en una habitación con luces que cambian suavemente de un tono azul tenue a un amarillo brillante. Según este estudio, estos cambios de color, aunque visualmente perceptibles, no alterarían significativamente tu ritmo circadiano interno o tu calidad de sueño.

Los dispositivos electrónicos podrían variar su estrategia para el descanso

Esta conclusión contrasta con la creencia popular de que los colores específicos de la luz tienen efectos pronunciados en nuestro sueño y alerta y enfatiza el papel potencialmente dominante de las células ganglionares retinianas fotosensibles intrínsecas (ipRGCs), que contienen melanopsina, en la mediación de las respuestas circadianas a la luz, en lugar de los conos sensibles al color.

Además, los resultados tienen implicaciones prácticas para el diseño de dispositivos electrónicos y estrategias de iluminación. Por ejemplo, los modos nocturnos de los teléfonos inteligentes que cambian la temperatura del color de la luz podrían no influir significativamente en nuestros ritmos circadianos si la activación de la melanopsina se mantiene constante. 

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Así, la luz azul, a menudo señalada como disruptiva del sueño, podría no ser el único factor a considerar en la gestión de nuestra exposición a la luz. Aunque la investigación destaca la necesidad de más estudios en esta área. 

Explorar diferentes condiciones de iluminación, duraciones e intensidades, así como el impacto de la exposición a la luz en varias fases circadianas podría dar aún más datos. Podrían ser cruciales para el desarrollo de tecnologías de iluminación y dispositivos electrónicos orientados a mejorar la salud y el bienestar.

Por el momento, aunque visualmente notables, los cambios de color en la luz, específicamente a lo largo del eje azul-amarillo, podrían no tener el impacto significativo en nuestro sistema circadiano que se creía hasta el momento.

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Etiquetas: Salud