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La regla de los 10 años, o cómo mirar al futuro para ser más feliz

Enrique Luque de Gregorio

Mirar al futuro

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  • Encontrar un equilibrio entre planificar el futuro y no cegarse con él podría ser clave a la hora de buscar la felicidad.
  • ¿Qué plazos son realmente convenientes para marcarse las metas existenciales?

Suele decirse que no existe mejor forma de estar satisfecho que viviendo el presente. Al fin y al cabo, el pasado, pasado está, y el futuro suele estar rodeado de incertidumbres e imprevistos que son imposible de planificar la mayoría de las veces. 

Pero, ¿es realmente así? ¿Y si la auténtica felicidad, por llamarla de alguna manera, solo se pudiese alcanzar a medio plazo? 

Esta última es la idea que defienden algunos psicólogos, que incluso no han dudado en bautizar el concepto como “la regla de los 10 años”. 

Algo así como aprender a mirar al futuro para ser más feliz. Una estrategia que parece tener lógica, pero que a su vez plantea muchos interrogantes. ¿Hasta qué punto es posible planificar el porvenir? Y si es así, ¿funciona realmente?

¿Qué es la llamada regla de los 10 años?

Felicidad

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En líneas generales, podría entenderse la regla de los 10 años como una manera de pretender alcanzar la felicidad duradera mediante un proceso continuo de crecimiento personal

Para ello, sería necesario tener en cuenta la autoestima, la resiliencia y la autenticidad, así como la cultivación de relaciones significativas o la búsqueda de metas y valores personales.

Este proceso, no obstante, no estaría marcado por una evolución indefinida, por así decirlo, sino plantearse dentro de un periodo de tiempo determinado: 10 años. 

Felicidad

El motivo no es otro que pensar que menos de ese tiempo resulta insuficiente para construir unos pilares existenciales sólidos. Plazos mayores, en cambio, chocarían con aquello de que dentro de una vida hay muchas vidas.

El ejercicio práctico que conviene hacerse al respecto es el siguiente: si pudieses regresar atrás en el tiempo una década, ¿hubieses podido imaginar el momento en que te encuentras ahora, a nivel personal, profesional o desde cualquier punto de vista? Probablemente no. Por lo general, la vida está marcada por factores sobre los que uno solo tiene un control relativo. 

Por eso, la regla de los 10 años no pretende ponerle diques al mar de lo imposible de predecir, sino más bien mentalizarte de qué metas puedes conseguir de una forma razonable y, llegado el caso, encontrar motivación para ser capaz de emprender nuevos retos, de manera razonable. Sin estancarte a la hora de crecer como persona, pero sin tampoco volverte loco en el intento.

¿Cuándo conviene cambiar para ser más feliz?

Otro de los fundamentos básicos de la regla de los 10 años pasa por tener claro que la vida consiste en un constante cambio, y oponerse a ellos puede ser una manera de terminar frustrado o padecer estrés y depresión

Estar dispuesto a conocer gente o realizar variaciones en tu vida a medio plazo puede ser una forma de luchar contra la rutina y la apatía.

Aunque claro, la regla de los 10 años tampoco propone cambios forzosos, por ejemplo, cuando se trata de convivir en pareja. 

Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Más bien su fin último pasa por no estancarte ni dejarte llevar con la rutina, y hacerte la siguiente pregunta: ¿dónde me gustaría estar dentro de 10 años? 

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Etiquetas: Consejos, Salud