Es natural que cuando alguien sale de excursión o a practicar senderismo cargue con una mochila. En algún lugar debe guardar sus cosas para la aventura. ¿Pero qué sucede si la carga formara realmente una parte fundamental del ejercicio? Pues ni más ni menos que en eso es en lo que consiste el “rucking”. Una práctica a medio camino entre el trekking y las marchas militares.

Quizá por su sencillez, o por la ventaja de que puede hacerse prácticamente en cualquier lugar, pero lo cierto es que el rucking se ha puesto muy de moda de un tiempo a esta parte. Pero antes de coger la mochila y salir a la calle, hay algunos pormenores que conviene conocer. 

¿En qué consiste el rucking? 

Casi todas las formas de practicar gimnasia, hacer ejercicio o estar a dieta parecen tener que definirse con un anglicismo raro en los tiempos que corren. El rucking, obviamente, no es una excepción. Pero su nombre ya da pistas de por dónde va la cosa: “rucksack” significa mochila en inglés, por lo que hacer rucking vendría a ser algo así como “mochilear”. 

Tiene sentido, puesto que lo que distingue el rucking de otros deportes similares consiste precisamente en eso: llevar una carga. De forma parecida a como hacen algunos militares cuando tienen que cargar sus pertenencias para afrontar una larga marcha. Por eso la mayoría de quienes lo hacen necesitan una mochila más o menos espaciosa. 

Con qué llenarla, eso es un poco lo de menos. Puede ser de cualquier cosa, mientras no exceda el 20 o el 25% del peso corporal. Lo más normal es elegir botellas de agua (que así aprovechas para el camino), libros, ropa… lo que se te ocurra. Siempre, eso sí, cuidando con no seleccionar objetos que puedan clavarse en tu espalda. En esos casos, envuélvelos primero en ropa o una toalla.

La principal ventaja del rucking, en cualquier caso, consiste en que gracias a este peso añadido se baja más de calorías, por lo que mucha gente lo tiene como una parte fundamental de su dieta. Está comprobado que hacerlo quema muchas más calorías que salir a caminar o hacer senderismo sin más. Además de ser más práctico, claro, por ejemplo si sales de excursión o algo así. 

Beneficios del rucking

Pero más allá de bajar de peso o hacer un mayor gasto energético, el rucking destaca por ser un ejercicio muy completo, que obliga a ejercitar la mayor parte del cuerpo, también la espalda y las piernas, con especial relevancia para las rodillas y los tobillos. En una palabra: que el rucking fortalece. De ahí que ayude a estar en plena forma sin tener que recurrir a más hábitos.

Por supuesto, también destaca que puede realizarse en cualquier parte, y es fácil estrenarse en él con menos peso y recorridos más sencillos, e ir creciendo progresivamente, aumentando poco a poco la carga y eligiendo terrenos más irregulares con pendientes. 

En definitiva, se trata de un ejercicio muy completo y recomendable, siempre y cuando se haga con precaución (como cualquier deporte), que en muchos sentidos superar al running o al senderismo.