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Comprar un coche eléctrico chino barato podría tener los días contados en Europa

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La Comisión Europea ha empezado una investigación para frenar al coche eléctrico chino: se han detectado irregularidades en el mercado que lo benefician frente al europeo.

El coche eléctrico chino es una realidad que cada vez gana más terreno en el mercado europeo. Según un informe de la Comisión Europea, las ventas de vehículos eléctricos procedentes de China se han multiplicado por cinco en el primer semestre de 2023, alcanzando el 10% de cuota de mercado. 

Esto ha despertado la preocupación de las autoridades europeas, que han iniciado una investigación sobre posibles prácticas desleales de los fabricantes chinos. La investigación se centra en dos aspectos: el posible dumping y la posible subvención estatal

El dumping consiste en vender los productos por debajo de su coste de producción, lo que supone una competencia desleal para los productores locales. La subvención estatal implica recibir ayudas públicas que distorsionan el mercado y favorecen a los beneficiarios.

Ambas prácticas están prohibidas por las normas comerciales internacionales y pueden dar lugar a sanciones o medidas correctivas.

¿Qué consecuencias puede tener la investigación de la UE sobre el coche eléctrico chino?

Los coches eléctricos chinos se caracterizan por tener un precio muy competitivo, que ronda los 20.000 euros, frente a los 30.000 o 40.000 euros de media de los modelos europeos. Además, ofrecen una autonomía y una calidad aceptables, lo que los hace atractivos para los consumidores que buscan una alternativa ecológica y económica.

Sin embargo, detrás de este éxito comercial se esconde una realidad compleja. Los fabricantes chinos se benefician de las ventajas que les ofrece el gobierno de su país, que ha apostado fuerte por el desarrollo del sector del coche eléctrico.

Entre estas ventajas se encuentran las exenciones fiscales, los créditos blandos, las ayudas a la investigación y desarrollo, o el acceso preferente a las materias primas como el litio o el cobalto.

La investigación de la UE sobre el coche eléctrico chino puede tener importantes consecuencias tanto para los fabricantes como para los consumidores. Si la Comisión Europea confirma que hay pruebas de dumping o subvención estatal, podría imponer aranceles o cuotas a las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China

Esto encarecería el precio de estos productos y reduciría su competitividad. La investigación también puede servir como un incentivo para que los fabricantes europeos mejoren su oferta y se adapten a las demandas del mercado. La UE tiene como objetivo alcanzar la neutralidad climática y para ello necesita impulsar la transición hacia una movilidad sostenible.

El coche eléctrico es una pieza clave en esta estrategia, pero todavía tiene que superar algunos retos como el coste, la autonomía, la infraestructura o la reciclabilidad. El coche eléctrico chino representa un desafío y una oportunidad para la UE. Por un lado, supone una amenaza para la industria automovilística europea, que tiene que hacer frente a una competencia cada vez más fuerte y agresiva.

Por otro lado, también implica un estímulo para la innovación y la mejora de la calidad y la eficiencia de los vehículos eléctricos. La UE tiene que encontrar un equilibrio entre proteger sus intereses y fomentar la cooperación con China en materia de comercio y medio ambiente.

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Etiquetas: Coche eléctrico