Mi experiencia en el mercado tecnológico, probando dispositivos y nuevas tecnologías, es de aproximadamente 25 años. He visto la llegada de los smartphones al mercado, la llegada de la fibra y el salto desde los módems y RDSI. También, por ejemplo, cómo ha evolucionado la telefonía móvil desde el 1G hasta el actual 5G y mucho más.

Por suerte, o por desgracia, he conseguido desarrollar un instinto para saber si algo tecnológico puede funcionar en el mercado o no. Y aun así no es infalible y en ocasiones he pensado que algo funcionaría y ha quedado relegado a un segundo plano.

He visto cómo ha ido evolucionando la tecnología para hacer posibles dispositivos que hace 20 años pensaría que eran imposibles. En los años 90 llegó el Motorola StarTac (1996) como el primer móvil tipo clamshell, plegable, y marcó una nueva línea de diseño para el resto de fabricantes.

Los nuevos móviles tipo flip de hoy día retoman esa línea de diseño usando avances tecnológicos que consiguen integrar una pantalla completa en la parte interior. Ello conlleva unos retos I+D y la evolución de ciertas tecnologías de pantalla. 

Sin embargo, cada vez que tengo que analizar un smartphone plegable me encuentro con la frase de cuñado: "Ufff cómo se nota el pliegue".

La experiencia real frente a las creencias 

Desde la primera generación de Galaxy Fold que probé en octubre de 2019 ha sido una máxima y, claro, mi experiencia a la hora de probar estos dispositivos es otra. El pliegue está ahí, es una realidad objetiva, pero es algo que en tu uso en el día a día no afecta.

Sin embargo, cuando una persona ve un smartphone plegable, parece que pasar el dedo por el pliegue y ver cómo o cuánto se nota es lo más importante y te lo hacen patente. Es como quien toca la barriga de una embarazada.

Pero, ¿realmente es tan importante el pliegue en un móvil plegable? Atención, que nadie miente, está incluido en el nombre de este tipo de dispositivos ple-ga-ble.

Cuando usas y pruebas un móvil te fijas en el rendimiento, la calidad de la pantalla y las cámaras, la autonomía. Es lo que realmente importa.

Sucede, eso sí que cuando tú usas el móvil ese pliegue pasa desapercibido porque tu cerebro lo obvia y porque cuando miras de manera perpendicular a la pantalla literalmente no se nota. Sin embargo, ese cuñado tecnológico sí que la nota, porque no está viéndolo en primera persona, ni, seguramente, tampoco haya probado el dispositivo más de 20 segundos.

Hay también las típicas frases de "los pagos móviles con NFC son poco seguros" y claro, cuando comentas que tienes que tener el móvil desbloqueado y acercarlo, algo que con tu tarjeta física en tu cartera no es necesario, ya se tranquilizan.

Afirmaciones categóricas como los plegables se van a romper se contradicen porque las compañías garantizan más de 200.000 plegados sin ningún problema o marca notable. Pero no es la única temática, también son expertos categóricos en temas como los coches eléctricos.

Los mitos vs la realidad y la llegada de los gurús

"Con el coche eléctrico no se puede viajar". "¿Cuántos kilómetros puedes hacer por carga?". "Tarda horas en cargar".

Preguntas y afirmaciones típicas que muchos de nuestros cuñados tecnológicos hacen para sentar cátedra y dejar claro su punto de vista basado en el mito general del coche eléctrico.

La realidad, sin embargo, es otra y está muy alejada del mito. Hay casos en los que obviamente un coche eléctrico tiene menos sentido que otros, pero resulta que el coche eléctrico sí que sirve para viajar, como ya comprobé cuando llegó al mercado el Tesla Model 3.

Aquí también quiero separar al experto del gurú, que sería el opuesto completo del cuñado, quien solo ve lo bueno y defiende a muerte lo nuevo. Algo que, por supuesto, también es contraproducente.

El cuñado tecnológico te dice que no se compraría un coche eléctrico porque no sirve para viajar. Cuando le preguntas que cuántas veces hace un viaje de más de 300 km al año, te responde que en verano y Navidades. Dos veces al año, en las que tendrás que hacer un viaje con el que tendrás que ir haciendo paradas en cargadores rápidos.

Y no se para a pensar en el beneficio o ahorro en gasolina que tendrás durante todo el año y mejor no hablemos de la mejora a nivel de emisiones y contaminación en el día a día.

El gurú, en cambio, defenderá a muerte el coche eléctrico, por esos beneficios y cualquiera adicional, pero no te va a decir que para que la batería no se degrade rápidamente están pensados para que carguen lento durante la noche, y la carga rápida de manera eventual.

En mi caso personal utilizo una moto de tres ruedas (Piaggio MP3) y aunque fue una tecnología que llegó en 2006, todavía hay gente que se sorprende al verlo o gente que dice que es mucho más seguro. 

La realidad es que es una verdad a medias. Porque tienes tres puntos de apoyo, pero también tienes mucho más peso en el eje frontal y eso es un contra para el frenado. No hay nada mejor que enterarse del funcionamiento de las cosas.

Ni gurús ni cuñados, el equilibrio perfecto que atiende a la realidad

Llevo muchos años, como he dicho, probando dispositivos tecnológicos y nunca, repito, nunca, me he encontrado con un producto perfecto como defienden los gurús.

Tampoco me he encontrado con productos nefastos al 100%, bueno, miento. Hubo un móvil a finales de la época de smartphones LG que era un despropósito, funcionaba fatal a nivel de hardware y software, el LG K6. Pero, por lo general, te encuentras con dispositivos que tienen cosas positivas o en la línea que cabe esperar y cosas que mejorar.

Como persona inteligente deberías huir de reseñas que solo destaquen cosas positivas así como también de análisis que solo vean cosas negativas, sin que se justifiquen directamente.

Es por ello que en Computerhoy mis compañeros y yo probamos a fondo los dispositivos. Los uso a nivel personal en el día a día como dispositivo principal y doy nuestro punto de vista como usuario.

No existe otra manera de dar una opinión real sin comprobar si los mitos o condicionantes preconcebidos son ciertos. 

Cuando una persona me dice algo negativo rozando el mito sobre un dispositivo, me gusta escuchar su justificación, el porqué de ese pensamiento. Sin embargo, la mayoría de ocasiones el razonamiento de cuñado se cae por su propio peso, lo mismo sucede con el gurú.

Acepto que me digas que se nota el pliegue en un móvil plegable, pero dónde está la importancia de eso en el baremo general de un móvil. Y lo mismo sucede con otros temas como el coche eléctrico, placas solares, tecnología 5G, WiFi 7, la revolución IA y todas las nuevas tecnologías que están por llegar. 

En resumen, como todo en la vida, los extremos suelen no ser la mejor opción. Evita ser un cuñado o un gurú y, sobre todo, evita que esas opiniones afecten tu decisión de dar el salto o no a un nuevo dispositivo o tecnología.