La situación general en el mundo está lejos de estabilizarse, la guerra en Ucrania ha acaparado toda la atención mediática de los últimos días y esto hace que algunas problemáticas cobren menos relevancia de la que deberían estar teniendo.

El ejemplo perfecto es lo que está ocurriendo en China y, es que, desde hace algunas semanas alrededor de 400 millones de personas en diferentes ciudades del país se encuentran bajo un confinamiento que puede ser tanto parcial como total.

Aunque en occidente parece que la pandemia del coronavirus está a punto de terminar, en oriente la perspectiva es muy diferente. Sí, las cifras a nivel de contagios no son ni por asomo las mismas que al inicio de la pandemia, pero los protocolos se han endurecido.

El test rápido para COVID de saliva que usa el móvil y es tan eficaz como una PCR

Y, es que, en China han adoptado una nueva política completamente restrictiva y que pone en jaque las vidas de muchas personas, además de afectar a nivel global debido a que las zonas bajo esta política son puntos clave de producción a nivel mundial.

Entre las diferentes maneras de actuar de la política “cero covid” que ha integrado el gobierno chino está el hecho de confinar de manera general grandes núcleos urbanos como, por ejemplo, Shangai donde incluso se va un paso todavía más allá.

La ciudad de 25 millones de habitantes está confinada de manera indefinida y, por lo tanto, los sistemas de producción, fabricación y transporte se han paralizado por completo. Toda esta situación y tal como comentan una gran cantidad de analistas tendrá repercusiones.

No hay una forma concreta de conocer las repercusiones que tendrán estas acciones y medidas tomadas por el gobierno chino en la economía mundial, pero está claro que el hecho de paralizar por completo ciudades dedicadas a la exportación no es una buena idea.

Eso sí, para hacernos una idea de cómo está afectando esto a las grandes empresas podemos contemplar lo que recoge la CNN en una publicación. Empresas como Sony y Apple tienen plantas detenidas por completo en Shangai.

Tesla también se ha visto afectada y ha tenido que cerrar su fábrica en la ciudad, perdiendo una producción de 2.000 vehículos eléctricos al día. Los efectos de esta paralización son bastante notorios y posiblemente afecten a las personas a la hora de comprar productos.

Por el momento habrá que esperar para ver si la situación mejora, tanto en Ucrania como en China. Y, es que, parece que el 2022 va a ser otro año para el recuerdo, aunque los motivos no sean especialmente buenos o positivos.