Tener barriga va mucho más allá de una cuestión estética, que nos puede importar más o menos.

Normalmente más barriga significa más grasa abdominal. Por una lado está la grasa subcutánea, que es la que podemos coger con los dedos cuando nos pellizcamos la tripa.

Pero la más peligrosa es la grasa visceral que se aloja entre las vísceras y los intestinos, y libera toxinas  que incrementan el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, diabetes o cáncer, según explica la web Eat This, not That!

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¿Qué es lo que provoca la aparición de esta grasa visceral?

Existen cinco causas importantes, según el experto en salud Alex Korab, fundador del canal de salud ETNT.

Una mala dieta

La causa número 1 de la aparición de la barriga, es lo (mal) que comemos.

Especialmente, comida basura, ultraprocesados, alimentos con azúcar añadido, y carbohidratos simples, que se transforman rápidamente en azúcar.

Estos alimentos no solo aportan calorías, sino que hacen que las células de grasa maduren antes, favoreciendo su expansión.

La falta de ejercicio

Es un círculo vicioso. Si no hacemos ejercicio engordamos porque no quemamos calorías, pero también perdemos masa muscular.

Con menos masa muscular el metabolismo quema menos calorías, con lo que se acumulan más, y aún engordamos más.

La única solución para romper este círculo vicioso, es moverse: hacer un poco de ejercicio todos los días, aunque solo sea salir a andar. Al menos 150 minutos a la semana.

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El alcohol

Quizá solo tomes una cerveza o un poco de vino en las comidas y piensas que no te afecta, pero el alcohol, aunque sea poco, es un catalizador del sobrepeso.

Cuando ingieres alcohol en las comidas, el hígado lo procesa en primer lugar, convirtiéndolo en calorías (energía).

Después el metabolismo procesa la comida, pero como ya ha conseguido energía del alcohol, la convierte en grasa.

Por tanto, intenta eliminar el alcohol de tu dieta. No te aporta nada bueno.

El estrés

El estrés es un mecanismo de defensa del organismo, que entra en Modo Pánico. Genera cortisol, unas hormonas que, entre otras cosas, le dice a nuestro cuerpo que acumule grasa por si hay una emergencia.

Si reduces el estrés, reducirás la probabilidad de echar barriga.

La falta de sueño

Un estudio de la Universidad Wake Forest descubrió que aquellos que duermen 5 o menos horas, multiplican casi por 3 la probabilidad de desarrollar barriga.

Otro estudio de este mismo año determinó que irse a dormir a partir de las doce de la noche aumenta este problema un 20%, y a partir de las 2 de la mañana, un 38%.

No se sabe muy bien por qué, pero se cree que es por los ritmos circadianos y la generación de cortisol durante la noche.

Si controlas estas 5 causas reducirás la barriga, y especialmente, la posibilidad de que aumente de tamaño todavía más.