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BMW i8: probamos el coche traído del futuro

Jakub Motyka

BMW i8, probamos su tecnología

Hay un solo motivo que tira por tierra la posibilidad de que hayamos viajado en el tiempo para traer del futuro el coche que ha pasado en esta ocasión por nuestra Zona Motor, y es el hecho de que el BMW i8 se puede comprar a día de hoy por un precio que ronda los 145.000 euros. Pero si no fuera por eso, nadie diría que semejante coche pudiera existir más allá de la imaginación.

Pero el BMW i8 existe. Bajo el cuerpo de un superdeportivo, este coche de BMW representa la culminación tecnológica de los más de cien años de historia de la marca bávara: una tecnología que no solamente se ve, sino sobre todo, se siente. Hemos pasado una semana con él, y bajo el paraguas de nuestra Zona Motor os traemos un análisis tecnológico del que ya os podemos adelantar que seguramente sea el coche más espectacular que jamás ha pasado por nuestras manos.

¿Es un superdeportivo? ¿Es un coche eléctrico? ¿Es un híbrido? Lo es todo: el BMW i8 monta dos motores -uno gasolina en la parte trasera y otro motor eléctrico en la delantera, y cada motor se encarga de empujar un eje diferente-, y en total el conjunto desarrolla unos nada despreciables 362 caballos de potencia. ¿Eso en qué se traduce? Lo mejor será que lo veáis por vosotros mismos.

Hablar de la tecnología del BMW i8 implica ir mucho más allá de lo que se puede ver a primera vista. De hecho, implica remontarse antes incluso de que la unidad de edición limitada Frozen Yellow que hemos probado llegara si quiera a existir: lo contaban muy bien nuestros compañeros de AutoBild.es cuando, allá por el año 2014, tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano el proceso de fabricación de este coche.

Detalle del logotipo de BMW

Si el propio i8 nada tiene que ver con cualquier otro coche que hayamos podido ver circulando por la calle en toda nuestra vida, menos todavía se parece su proceso de fabricación al de otros coches del mercado. Para dar vida a este coche, BMW tuvo que reinventar por completo su línea de producción: primero empezó por crear el denominado como LifeDrive, un conjunto de dos módulos que en la última fase de producción de cada unidad del BMW i8 se unen para dar forma al chasis completo.

Life es el módulo de fibra de carbono que corresponde al habitáculo, y Drive es el módulo fabricado en aluminio sobre el que se sustenta todo el coche. La base del módulo Life empieza a tomar vida nada menos que en Moses Lake (Washington), donde se obtienen las trazas de fibra de carbono que después se envían a Wackersdorf (Alemania) para empezar con el proceso de fabricación del módulo.

El chasis de este coche está dividido en un módulo doble llamado LifeDrive

A lo largo de esta prueba tecnológica del BMW i8 veréis que el peso juega un papel fundamental en este coche (la fibra de carbono en la que está construido el habitáculo es un 30% más ligera que el aluminio, y un 50% más ligera que el acero, y eso se dice pronto), lo que no es precisamente un tema baladí: entre otras cosas, hace posible que los 1.535 kilogramos que pesa el coche sean capaces de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos.

Pero además de eficiencia desde el punto de vista más deportivo, durante la fabricación de este coche en BMW también apuestan por la eficiencia bajo la premisa de la sostenibilidad. Además de que buena parte de las fases de producción se alimentan de energías limpias, resulta que hasta el 95% de los materiales que componen el coche pueden ser reciclados en el futuro. Como decíamos, se trata de tecnología que no solamente se ve, sino también se siente.

BMW i8: un futuro en el que un motor de combustión convive con un motor eléctrico

BMW i8, un coche que combina un motor de gasolina con un motor eléctrico

Decir que el BMW i8 es un coche híbrido puede sonar, cuanto menos, extraño. Cuando hablamos de coches híbridos, a todos se nos viene a la cabeza la imagen de un utilitario cuyo principal objetivo pasa por reducir al mínimo los consumos en el día a día. El i8, desde luego, no es un utilitario al uso: está más cerca de un superdeportivo que un coche de calle, pero eso no le impide poder presumir de ser un coche híbrido enchufable.

El BMW i8 es un coche híbrido enchufable

Que este coche de BMW sea un híbrido enchufable tiene varias ventajas (en realidad tiene muchas, pero vamos a hablar de las más visibles en el día a día). La primera de ellas es que puedes entrar con él en las grandes ciudades incluso en episodios de alta contaminación, aunque desde BMW nos han confirmado que no será hasta el siguiente restyling cuando este modelo tendrá también luz verde para aparcar sin coste en el centro de ciudades como Madrid (para entonces ya tendrá la famosa pegatina Cero).

BMW i8

La otra ventaja, lógicamente, es que puedes desplazarte con el coche sin gastar un solo litro de combustible (y sin emitir partículas nocivas al aire). En este caso en concreto, el BMW i8 incorpora bajo su chasis una batería de 11,6 kWh que, en el modo eléctrico puro, viene a ofrecer una autonomía real de entre 30 y 35 kilómetros. La batería se carga en poco más de dos horas, y se hace mediante un conector Mennekes.

Bajo el capó (bajo los capós, mejor dicho) hay dos motores: delante, un motor eléctrico que alimenta al eje delantero y desarrolla una potencia de 143 CV (con un par máximo de 250 Nm); detrás, un motor gasolina 1.5 (sí, 1.499 centímetros cúbicos) que empuja al eje trasero con 231 CV. En total, 374 CV (en la nueva versión, mientras que nuestra unidad alcanzaba los 362 CV) son los que firman la potencia de este coche.

Detalle del volante y el cuadro de instrumentos

Lo diremos de nuevo: en nuestra Zona Motor de ComputerHoy.com no hablamos de sensaciones al volante, sino que nos centramos en la tecnología de los coches, así que no nos vamos a entretener en contar -por ejemplo- el hormigueo que se te pasa por el estómago cuando haces una salida desde parado con el i8 haciendo uso del launch control (desactivas el control de estabilidad, pisas el freno con el pie izquierdo y aceleras con el derecho). O la sensación de entrar en una curva notando que las cuatro ruedas están haciendo su trabajo para deslizar el coche tal y como si fueras por los raíles de una vía de tren. Los pelos de punta.

Pero no. De eso no vamos a hablar. Ahora que ya conocéis un poco mejor la magnitud de las características de este coche, es hora de que nos adentremos más de lleno en su tecnología. Por ejemplo, hablemos de los diferentes modos de conducción que tiene.

Desde el eléctrico puro hasta el Sport

El BMW i8 en la carretera

Como todo coche híbrido que se precie, es el BMW i8 el que decide por sí mismo qué motor (o motores) entra en marcha en cada momento: por defecto, el motor eléctrico está ahí de apoyo, y es el motor de combustión el que fuera de la ciudad se encarga casi siempre de impulsar el eje trasero durante la conducción. Pero, si lo prefieres, puedes decidir por ti mismo qué motor quieres utilizar pulsando sobre alguno de los modos de conducción disponibles.

Diferentes modos de conducción

En total, hay cuatro modos de conducción: el Comfort, en el que el motor de combustión no se pone en marcha hasta superar los 65 km/h de velocidad; el Eco Pro, en el que se busca optimizar al máximo el consumo (incluso se te mostrarán alertas para que por ejemplo levantes el pie del acelerador cuando no sea necesario aplicar tanta presión); el eDrive, el modo eléctrico puro; y el Sport, el modo más agresivo en el que nada más pulsar el botón el coche arranca el motor de gasolina y lo deja siempre en marcha.

Así se imagina BMW el futuro del coche autónomo (y lo hemos probado)

Dado que estamos hablando de un coche híbrido cuya batería es de tan solamente 11,6 kWh, a nadie le sorprenderá descubrir que el motor eléctrico juega un papel secundario en todo el conjunto. Sí, puedes activar el modo eDrive para ir y volver del trabajo por el centro de Madrid sin gastar un solo litro de gasolina, pero salvo casos concretos lo mejor es dejar que sea el coche el que decida qué modo de conducción activar en cada momento.

Lo realmente interesante de este sistema híbrido es que, por ejemplo en el modo Sport, dota al coche de una tracción a las cuatro ruedas que lo convierte en una máquina de trazar curvas con la más absoluta estabilidad. La potencia se reparte entre el eje delantero y el eje trasero en función de las necesidades de cada situación, y creednos cuando os decimos que ese reparto es siempre el idóneo. Potencia no va a faltar en ninguna situación.

Así es el cuadro de instrumentos digital

Cada modo de conducción viene acompañado de una interfaz diferente en el cuadro de instrumentos cien por cien digital. En el modo Eco Pro se da más prioridad a la información relacionada con la regeneración de energía o el consumo, mientras que en el modo Sport el cuadro cambia a una interfaz de color rojo en la que el consumo medio no tiene cabida dentro de los instrumentos.

Los dos motores del i8 desarrollan en total 374 CV de potencia

Eso sí, si habéis leído nuestra prueba tecnológica del BMW Serie 5 quizás os estaréis preparando ya para que en el siguiente apartado os deslumbremos con una lista casi infinita de tecnologías a bordo. De eso no va escaso este coche, pero hay que tener claro que juega en otra liga: aquí, cada botón y cada sensor son un número rojo que lastra con peso innecesario un coche diseñado para volar por la carretera.

Además del cuadro de instrumentos, también está el Head-up Display

Antes de hablar del navegador y de todas las demás tecnologías de a bordo, tenemos que empezar haciendo mención del Head-up Display: resulta que, solamente visible desde el puesto del conductor, sobre el parabrisas se muestra una proyección que permite tener al alcance de la vista información útil durante la conducción. Eso incluye desde la velocidad actual hasta los límites de velocidad que reconoce la cámara en las señales, pasando también por la navegación o la reproducción de música.

Head-up Display del BMW i8

Esta proyección queda mucho más a la vista que el cuadro de instrumentos o el navegador, y es una forma mucho más segura de -por ejemplo- seguir las indicaciones del navegador sin necesidad de apartar en ningún momento la atención de la carretera. Puedes incluso ver quién te está llamando al móvil.

La proyección que se muestra sobre el parabrisas es personalizable tanto en altura como en intensidad, así como también se puede desactivar por completo en caso de que no queramos tener ahí esa información. En cualquier caso, basta con tener la oportunidad de utilizarla durante algunos minutos para no querer volver nunca a un coche que no tenga esta tecnología.

El BMW i8 también es un coche conectado

Aplicación de BMW Connected

Ahora sí, ha llegado la hora de hablar de las funciones de coche conectado de este BMW i8. Estamos ante un vehículo que está permanentemente conectado a Internet, y eso le permite ofrecer funciones de control remoto desde el móvil: a través de la aplicación de BMW Connected (disponible también en Android), puedes encender o apagar las luces, localizar la posición del coche o programar la carga de la batería a una hora concreta, así como también abrir o cerrar el vehículo, entre otras opciones.

Así es la aplicación de BMW Connected

Estas funciones son posibles a través de BMW ConnectedDrive, un servicio que más allá del móvil abre también la puerta a muchas otras funciones dentro del propio coche. Desde el navegador tenemos acceso a una interfaz que, más allá de las funciones más que de sobra conocidas en cualquier coche moderno, incluye también servicios como un asistente personal de BMW disponible las 24 horas del día o un servicio de noticias, tiempo o búsqueda online de lugares, entre otros.

Aunque el i8 no está programado para funcionar a través de Apple CarPlay (podéis ver la lista de coches de BMW compatibles en este enlace; tampoco es compatible con Android Auto, aunque eso de momento es aplicable para todos los coches de esta marca), sí que podemos conectar nuestro teléfono a través del Bluetooth y tener acceso a lo imprescindible: llamadas, mensajes, reproducción de música... pero se echa en falta la interfaz de CarPlay, la verdad.

El navegador del BMW i8

El navegador que trae este coche corresponde a la versión Professional, y se trata de un navegador de 10,2 pulgadas que no tiene control táctil y funciona de dos formas: tanto a través del control por voz, con un botón que está en el volante, como desde la ruleta que hay en el centro de la consola, la cual además permite introducir palabras y números con el gesto de dibujar sobre su superficie táctil.

Sistema de introducción táctil de la ruleta
Puedes introducir una dirección en el navegador escribiendo cada letra con el dedo

Desde el propio navegador podemos regular también la iluminación LED que recorre diferentes partes del interior del vehículo, pudiendo elegir entre tres tonalidades diferentes (rojo, azul y blanco) que, a su vez, se pueden configurar en dos niveles de intensidad diferentes. Os podemos decir que la iluminación azul es la que mejor le queda a este coche, y es la que más a juego va con los detalles en color azul que hay en su carrocería, pero eso ya es una cuestión de gustos.

Sonido Active Sound Design de BMW

Dejando las funciones multimedia a un lado, lo que también merece una mención especial es el sistema de sonido de motor artificial que BMW ha desarrollado para este coche. Dado que el motor gasolina 1.5 de tres cilindros no es precisamente una orquesta de pistones subiendo y bajando a todo rugido, la marca alemana se ha sacado de la manga un sistema de audio que se compone de nada menos que cinco altavoces.

El sistema de sonido de motor de BMW

En este artículo lo explican fenomenal, pero básicamente os diremos que se trata de un sistema denominado como Active Sound Design (ASD) que se encarga de emular el sonido de un motor mucho más grande tanto por dentro... como por fuera: hay un altavoz que también emite rugidos hacia el exterior. En la imagen adjunta arriba podéis ver dónde están repartidos los altavoces (son los número #2, #3, #6, #7 y #8).

Al contrario de lo que podáis pensar, es un sistema que funciona de diez: está tan bien logrado que alguien sin muchos conocimientos en motor ni se daría cuenta de que el sonido del motor en realidad proviene de unos altavoces repartidos por todo el coche. Por supuesto, el coche no siempre va rugiendo en cada curva: es cuando activas el modo Sport cuando empieza la verdadera orquesta de sonidos.

Y la llave, no nos olvidemos de la llave

Llave del BMW i8

En un coche tan tecnológico, la llave que permite abrir la puerta (¿os hemos dicho ya que las puertas se abren hacia arriba en forma de alas de gaviota? No hace falta, seguramente ya lo habréis visto por vosotros mismos) también es cuanto menos especial. Se trata de una llave que incorpora una pantalla táctil, y desde ella podemos ejecutar tareas como comprobar el estado de las puertas/ventanas o encender/apagar la climatización.

En esta pantalla tenemos acceso a una interfaz a todo color muy similar a la de un smartphone, y deslizando el dedo de un lado a otro sobre la pantalla podemos navegar entre las funciones disponibles (la de mover el coche a distancia no está disponible en este modelo). La llave, por cierto, se carga a través de un puerto microUSB.

BMW i8

Tal y como ya os contamos en nuestra prueba del Serie 5, todo este sistema es independiente de las funciones más básicas de la llave: aunque se te olvide cargarla, seguirás pudiendo abrir y cerrar el coche con normalidad. La parte de las funciones más básicas de apertura y cierre es independiente de todas las funciones inteligentes de la llave.

Faros láser que solamente están en el i8 y el Serie 7

Faros láser de BMW

Además del Serie 7, el BMW i8 es de los pocos móviles de la marca bávara en incorporar tecnología láser en sus faros. Si con las luces de un coche con faros LED se consigue un campo de visión de hasta 300 metros, con la tecnología láser se puede llegar hasta los 600 metros. Pero a diferencia de unos faros "convencionales", con la tecnología láser no puedes decidir en qué momento se activan estas luces.

Los faros láser del nuevo i8

Es el propio coche el que, una vez en marcha y a partir de una velocidad de 70 km/h, decide por él mismo cuándo activar las luces láser. La diferencia entre llevarlas activas o no es abismal, y el extra de iluminación que proporcionan en carretera por la noche supone un añadido de seguridad que no tiene precio. Especialmente cuando de circular por carreteras secundarias, o incluso terciarias, se trata.

Y hasta aquí llega nuestro repaso de las tecnologías del BMW i8

Y así, tecnología por tecnología, hemos llegado hasta el final de nuestro análisis tecnológico del BMW i8. Tan solamente nos queda recordar que la unidad que nosotros hemos probado era la edición limitada Frozen Yellow, una de esas versiones que BMW lanza en muy pocas unidades y que, cada cierto tiempo, va cambiando de color con cada nueva edición limitada; así que es muy, pero que muy poco poco probable que os lleguéis a cruzar dos veces con una unidad como esta. Este coche, no lo olvidemos, cuesta 145.000 euros.

Esperamos que con esta prueba hayáis podido descubrir muchas de las curiosidades que, desde luego, a nosotros nos han impresionado tras haber tenido la oportunidad de pasar una semana con el BMW i8. Si buscáis más información sobre él, echad un vistazo a su ficha técnica.

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