Con los precios de la gasolina, el gasóleo y la electricidad en máximos históricos, aprovechar al máximo el combustible de tu coche es más importante que nunca. 

Según la Dirección General de Tráfico, la conducción eficiente es un estilo de manejo del vehículo que pretende reducir el consumo de combustible y, por tanto, favorecer la disminución de la contaminación (aunque el punto económico y de desgaste del vehículo también entran en juego).

Aunque evitar las gasolineras más caras es una buena manera de reducir el coste de repostar, también puedes reducir los costes de funcionamiento del coche haciendo algunos pequeños cambios en tu forma de conducir.

Para lograr estos objetivos hay que aplicar una serie de técnicas quela DGT resume en 3. En realidad, éstas son muy sencillas y se basan en el aprovechamiento de las posibilidades que ofrecen  los coches de hoy en día.

Usa marchas más largas

Este consejo se aplica siempre que puedas llevarlo a cabo. Debes utilizar siempre marchas largas para reducir las revoluciones del motor. 

Con esto, la DGT recomienda no apurar las marchas cortas a no ser que arranquemos en una cuesta muy pronunciada. Si, por el contrario, circulas por tramos con pendiente descendente, conviene hacer uso de la propia inercia del coche, levantando para ello el pie del acelerador sin reducir la marcha. 

Mucho cuidado con el equipaje

Como buenos españoles, tenemos la tendencia de llenar nuestros coches hasta arriba de objetos, con lo que eso supone a nivel de peso y, por lo tanto, gasto de combustible.

Los mismo ocurre con la aerodinámica. Además, ahora con la llegada de las vacaciones, solemos cargar también la baca de nuestros coches de cualquier forma, lo que supone un gasto extra en el consumo. 

Emplea elementos con formas más aerodinámicas para guardar todos estos objetos si no te queda otra que llevártelos a playa.

Conduce despacio y con constancia

Puede que pienses que es más divertido conducir rápido, pero en realidad te costará mucho más dinero. Por no hablar de que sobrepasar el límite de velocidad también es peligroso, ilegal y puede suponer una multa.

Conducir a 130 km/h en lugar de a 110 km/h puede suponer un 25% más de consumo de gasolina, mientras que conducir a 110 km/h supone un 9% más de combustible que hacerlo a 100 km/h.

Mantener una velocidad más constante en lugar de acelerar y desacelerar constantemente también ahorra en el consumo de gasolina, por no mencionar que es mucho menos molesto para todos los que te rodean ver como alguien está todo el rato frenando porque se ha pasado de velocidad.