El ser humano, en verano de 1969, pisó la Luna por primera vez en su historia, un acontecimiento del que ya han pasado más de 50 años, y que se podría volver a revivir durante los próximos años según las misiones que está preparando la NASA.

Seguro que alguna vez te has preguntado por qué el ser humano no ha vuelto a pisar la Luna a pesar de que la tecnología aeroespacial ha avanzado considerablemente en estas últimas décadas.

Y es que no es nada fácil aterrizar en la Luna, no solo hablamos de que es un satélite sin prácticamente atmósfera, sino que tampoco cuenta con GPS para guiar bien el aterrizaje y el polo sur lunar es un lugar extraño, sombrío y desconocido, y la NASA quiere ir exactamente ahí.

La NASA tiene como objetivo regresar astronautas a la Luna, posiblemente en 2025, y ahora mismo están experimentando con la nave espacial Artemis Orion, sin tripulación, que actualmente se encuentra orbitando el satélite.

Pero llevar personas a la Luna sigue siendo una hazaña muy ambiciosa: “el hecho de que fuimos allí hace 50 años no lo convierte en un esfuerzo trivial”, señala a MashableCsaba Palotai, presidente del programa de ciencias espaciales en el Departamento de Aeroespacial, Física y Ciencias Espaciales del Instituto de Tecnología de Florida.

Se enfrentarán a todas estas dificultades

Como dijimos, una de las principales dificultades a las que se enfrentará la NASA, es que la Luna no tiene atmósfera. Otras naves espaciales al aterrizar en la Tierra, utilizan la atmósfera para reducir la velocidad, algo que no se puede realizar en la Luna.

La Luna, al contar con una atmósfera extremadamente delgada, la desaceleración de las naves espaciales depende del lanzamiento de propulsores.

“No hay atmósfera, por lo que no podemos flotar. No hay nada que te frene excepto tu motor”, añade Csaba Palotai.

Esto ofrece a los astronautas márgenes de error más pequeños, y si bien la NASA proporciona suficiente combustible para hacer frente a cosas inesperadas, no pueden permitirse grandes contratiempos.

Otro problema es que no tenemos GPS en la luna. Estamos acostumbrados a que en la Tierra, las aeronaves dependan del GPS, un sistema de navegación por satélite que proporciona coordenadas de aterrizaje precisas a medida que los aviones y otras naves se mueven por el cielo. Pero claro, estas redes de satélites no existen en la Luna.

Ahora la NASA debe basarse en los ordenadores del módulo de aterrizaje lunar para calcular cómo la nave debe accionar los propulsores para mantenerse en curso hacia el lugar específico de aterrizaje.

Los astronautas se amparan en tecnología moderna como “la navegación relativa al terreno”, que utiliza una cámara para trazar un mapa del suelo durante el descenso. Esto va a asegurar que los astronautas se dirijan al lugar correcto y ayude al módulo de aterrizaje a evitar cráteres o rocas.

La otra dificultad, es que la NASA quiere aterrizar dentro de un cráter en el polo sur lunar, y es que se quiere estudiar si en esta zona se encuentra hielo y otros recursos valiosos, pero para ello deben adentrarse en una región oscura y muy fría.

Así que aterrizar en esta zona desconocida, fría, sin GPS y sin la ayuda de una atmósfera, no es nada sencillo para que vuelva el ser humano a la Luna pero, por suerte, ya están todos los ingredientes preparados para que podamos vivir esta experiencia en estas misiones, seguramente en directo gracias a Internet.