Llevamos años esperando encontrar vida en la Luna, y al final resulta que la que hemos encontrado. La hemos llevado nosotros. Hace unos meses, un grupo de científicos israelíes sorprendió al mundo llevando a la Luna una pequeña sonda llamada Beresheet (Génesis). No llegó a mucho, ya que se estrelló, pero ha sido un hito por varios motivos.

El primero porque, aunque las imágenes que mandó a la Tierra no eran nada del otro mundo, supuso la primera sonda privada que llegaba al satélite. Además, iba a bordo de otra nave privada, cortesía de SpaceX. La misión era la de aterrizar en el satélite y medir el campo magnético de la roca, así como colocar una serie de retrorreflectores.

Al estrellarse, no pudo ser posible, y parecía que la aventura de la sonda terminó el pasado 11 de abril. Ahora, sin embargo, sabemos que llevaba a bordo una serie de series vivos que pueden estar, ahora mismo, vivos en la Luna. Se trata de los tardígrados, unas de las criaturas más resistentes de nuestro planeta.

Estos tardígrados, conocidos como ''osos de agua'', son célebres debido a que son capaces de vivir donde sea. Aunque vive en zonas musgosas, se han encontrado en la cima de montañas y en grandes profundidades del océano. Son esenciales para crear ecosistemas y parece que iban a bordo de la Beresheet, en una cápsula cerrada.

Cuando la sonda se estrelló, se perdieron datos como la Wikipedia en Inglés (una copia entera, por si los aliens se pasaban por la Luna y querían estudiarnos, el disco Rosetta, una cápsula del tiempo, dibujos para niños y otros elementos, como la bandera israelí o una copia de la Torá.

Además, tenía esa capsulita con tardígrados, y se cree que son criaturas que podrían sobrevivir sin problemas en la Luna, aún sin la atmósfera necesaria para lo que consideramos vida. Parece que, en esa cápsula, los tardígrados no pueden reproducirse, pero no sabemos cómo está el ''recipiente'' tras el accidente, por lo que podría haber tardígrados sueltos por la Luna.

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De la manera que sea, solo con el tiempo podremos ver si han prosperado en la Luna, y si los encontramos en la superficie, tocará preguntarse si están ahí desde el principio... o si se trata de contaminación llevada por el hombre. Han sobrevivido a las cinco extinciones masivas y a la radiación espacial, por lo que pueden con el espacio sin problema.