Hay una cosa que casi nadie hace con la lavadora, pero es vital para que no produzca olores

Seguramente te ha ocurrido en más de una ocasión, cuando lavas la ropa: durante el lavado, o al abrir la lavadora, se producen malos olores. Y es posible que estos olores acaben impregnados en tu ropa.

¿Cómo puede una máquina de lavar, acumular malos olores? La razón es tan sencilla como inquietante: porque tiene moho en su interior.

El moho se acumula principalmente en las juntas de goma de la puerta de la lavadora, así como en el cajetín donde se introduce el detergente y el suavizante. Pero un sencillo acto puede evitar la aparición de este problema.

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¿Por qué aparece moho en el interior de las lavadoras? Sencillamente, porque es un hábitat húmedo y oscuro, ideal para que se desarrolle este hongo.

En estas condiciones el moho puede crecer y extenderse porque, aunque parezca increíble, se alimenta de los restos de detergente y suavizante, así como de la goma de la lavadora.

¿Cómo podemos evitar esto? En primer lugar, manteniendo la lavadora limpia de estos residuos. Conviene limpiar la goma cada uno o dos meses y hacer un lavado con bicarbonato y vinagre de limpieza, entre otros métodos para limpiar una la lavadora.

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Una vez limpia, existe un simple gesto que evita la aparición de moho, pero que casi nadie hace: dejar la puerta de la lavadora abierta, después de sacar la ropa. También el cajetín del detergente.

La razón de esto es que al estar abiertos el interior se ventila, y se seca más rápido. La falta de humedad  impide la aparición de moho. Si además tienes la posibilidad de que la luz natural incida en el interior de la lavadora o el cajetín, terminarás de eliminar el problema, porque la luz y los ambientes secos son el infierno para el moho.

En resumen, recuerda dejar la puerta abierta de la lavadora tras un lavado, entre 30 y 60 minutos, hasta que el interior esté completamente seco. Reducirás drásticamente la posibilidad de que aparezca moho, que es lo que provoca los malos olores en la ropa.