La mayoría de la gente, cuando compra o cocina una tarta, aplica la máxima: "mejor que sobre, a que falte".

Es bastante común que en un cumpleaños, una celebración, etc. nos quede una parte de la tarta. Es un postre que se estropea rápido, así que hay que conservarlo bien.

La mayoría de la gente la envuelve en papel de aluminio. Funciona bien, pero si la tarta tiene decoración, nata, mermelada, etc., el papel terminará arruinándola, y la capa exterior se quedará pegada a él.

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Otra solución es meterla a la nevera. Si lo haces sin proteger absorberá olores que darán un sabor desagradable a la tarta. Y si la envuelves con plástico transparente, tenemos el mismo problema que con el aluminio.

Además hay tartas que si las metes a la nevera, se echan a perder.

¿Hay algo más que podemos hacer? Este truco de la web Created by Diane nos ha parecido muy original. Echa un vistazo:

Las tartas se estropean por la parte del corte, y es por donde absorben los olores y expulsan la humedad. Es el primer lugar por donde se secan, y se ponen rancias.

Así que la idea es cortar en varias partes unas rebanadas de pan de molde, y tapar con ellas el corte de la tarta, como si forrásemos una pared con ladrillos.

Para sujetar las rebanadas a la tarta, sin estropearla, usamos unos palillos de madera.

El pan del molde actúa de aislante, absorbiendo los olores y la humedad, e impidiendo el contacto del interior de la tarta con el aire. Esto hará que el bizcocho o el relleno permanezca fresco más tiempo, y no se seque.

Es un truco sencillo de poner en práctica, barato, y que por lo visto, funciona. ¿Te animas a probarlo la próxima vez que te sobre tarta?