Una técnica de sueño utilizada por Thomas Edison, Salvador Dalí y Albert Einstein para potenciar el pensamiento creativo parece funcionar realmente, según un nuevo estudio, y se puede aprovechar sus efectos en menos de un minuto. O eso aseguran.

Todo tiene que ver con el estado hipnagógico: dormir no es como encender un interruptor de la luz donde pasamos de despiertos a dormidos y luego despiertos, sino que entre ambas experiencias hay un periodo de transición de unos dos minutos conocido como "estado hipnagógico". 

Durante el estado hipnagógico, los músculos se relajan y, aunque sigues siendo consciente de lo que ocurre en la habitación que te rodea, también puedes empezar a imaginar sonidos o visiones. Abraza ese momento, ya que varias de las mentes más notables de la historia han recurrido a este para potenciar su pensamiento creativo.

Edison sostenía una bola de acero en la mano mientras se recostaba para dormir la siesta, de modo que cuando sus músculos se relajaban, la bola golpeaba el suelo y hacía un ruido que lo despertaba de nuevo, idealmente, con una nueva idea sobre cómo avanzar con un invento.

Dalí hacía lo mismo para obtener ideas para sus obras de arte, con la diferencia de que sostenía una cuchara durante ese rato de vigilia. Aquí cada cual se dirige al descanso como puede.

La duermevela que potencia nuestro cerebro

Una nueva investigación del Instituto del Cerebro de París no solo sugiere que el estado hipnagógico puede potenciar el pensamiento creativo, sino que también revela lo que ocurre en el interior del cerebro durante el mismo.

En el estudio participaron más de 100 personas capaces de dormirse con cierta facilidad. A cada uno se le dio una serie de problemas matemáticos para resolver, así como un tedioso método paso a paso para encontrar la respuesta correcta.

Sin embargo, existe un método mejor, no compartido con los sujetos, que resolvería cada problema mucho más rápido y 16 de los voluntarios se dieron cuenta de esta alternativa bastante rápido.

A las personas que no lo descubrieron después de 60 problemas se les dio 20 minutos para descansar en una silla con los ojos cerrados mientras sostenían un vaso de plástico en la mano. Si a un voluntario se le caía el vaso de plástico, se le pedía que dijera inmediatamente en voz alta cualquier cosa que le pasara por la cabeza antes de que se le cayera.

Durante esta pausa, los investigadores utilizaron cascos de EEG para registrar la actividad cerebral de los participantes, lo que les permitió ver si un voluntario pasaba del estado hipnagógico al siguiente nivel de sueño más profundo.

Después de sus siestas, los voluntarios volvieron a resolver los problemas de matemáticas, y pasar un tiempo en el estado hipnagógico sin dormirse más profundamente parecía ayudarles a encontrar el atajo. Por este motivo, abraza ese instante antes del sueño y estimúlalo.