A partir de enero de 2023 entran en funcionamiento las Zonas de Bajas Emisiones en todos los municipios con una población superior a 50.000 habitantes, y con ello se estrecha el cerco a esos vehículos que no lleven puesta la etiqueta medioambiental.

Se trata de una medida para hacer mucho más sostenibles nuestras contaminadas ciudades, y que también pretende impulsar con el paso del tiempo que los usuarios adquieran vehículos cada vez menos contaminantes, y ya hay una ciudad que se ha adelantado al resto con las restricciones para aquellos vehículos que no tengan la mencionada pegatina.

Y tal como nos comentan nuestros compañeros de Autobild, desde el 1 de junio en Gijón todos los coches que entren en la ciudad asturiana deben llevar pegado en el parabrisas su etiqueta medioambiental de la DGT, o podrían ser multados con 90 euros.

Esta multa económica no vendrá acompañada de la inmovilización ni de la retirada del coche por una grúa municipal, pero se critica desde la oposición que se trata de una medida recaudatoria.

De esta forma todos los vehículos que puedan portar la pegatina DGT, si quieren entrar a Gijón a partir de ahora, necesitan la etiqueta en el parabrisas. En concreto significa que todos los coches con motor de gasolina matriculados a partir del año 2000 y todos los que equipan un propulsor de gasolina matriculados a partir de 2006, pueden llevarla.

Esto afecta al 71 % de los vehículos de Gijón y se aplica a todos los que procedan de otras comunidades autónomas.

Esta medida afecta a un parque de motocicletas que se estima de 23.000 unidades, y ya se está viendo un aumento considerable de peticiones de estas pegatinas en Correos.