Intel lanza una solución para los fallos de inestabilidad de la CPU, pero genera mucha más confusión
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Intel ha declarado la guerra a algunos fabricantes de placas bases de gama alta y ha lanzado una nueva actualización con la que pretende corregir unos problemas de inestabilidad durante los juegos, aunque parece que solo ha conseguido empeorar las cosas.
Algunos usuarios que utilizan procesadores Intel i9 de 13ª y 14ª se han quejado de cierta inestabilidad durante los juegos. La compañía ha asegurado que el problema está en las placas base y ha aconsejado a los usuarios que mantengan los valores predeterminados de energía de la CPU.
El problema se ha alargado durante semanas cuando los procesadores desbloqueados de la serie K empezaron a experimentar inestabilidad en ciertos juegos. Intel ha iniciado toda una guerra y ha echado las culpas fuera: acusa a los fabricantes de las placas.
Estas unidades permiten configuraciones avanzadas que provocan que se sobrecalienten los chips si funcionan durante periodos prolongados. Intel ha lanzado una nueva actualización del BIOS para las placas base con unas nuevas configuraciones conocidas como Intel Baseline.
Intel ha empeorado el problema con la última actualización
La actualización ha resuelto parte del problema y ahora los chips funcionan dentro unos parámetros térmicos y de frecuencia más bajos, pero ha creado un nuevo fallo. Los usuarios han notado que el rendimiento también ha bajado.
La compañía ha lanzado un nuevo comunicado publicado por el medio alemán Hardwareluxx en el que recomienda a sus clientes no utilizar la configuración básica de la placa base, sino usar la configuración predeterminada de Intel.
La compañía aconseja a sus clientes utilizar el perfil de suministro de energía más alto posible, siempre y cuando sea compatible con el diseño de cada placa base.
Intel ha creado una tabla de compatibilidades que ha destinado a los fabricantes de las placas base, pero también puede beneficiar a los usuarios. La finalidad de la marca es que los desarrolladores empiecen a integrar esta configuración como predeterminada a sus BIOS.
Esta solución podría acabar con el problema de la CPU de la serie K de 13ª generación de Intel, pero los daños podrían ser irreparables. Los usuarios han estado utilizando la placa base por encima de sus capacidades durante semanas y algunos expertos aseguran que el periodo podría ser mayor.
Esta situación no ha beneficiado a la imagen de Intel, que se ha visto obligada a pedir a los fabricantes que reduzcan sus capacidades para que sus procesadores funcionen sin inestabilidades.
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