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24 horas sin pantallas de ningún tipo: así volví a vivir como en los años 90

Carlos sin pantallas

Computer Hoy

  • He tomado la decisión de pasar 24 horas sin usar ningún tipo de tecnología. 
  • No solo te estoy hablando del móvil, el ordenador o el uso de la televisión, sino también un smartwatch, un lector electrónico, el sistema de navegación del coche o el uso de una aplicación para escuchar música: así ha sido mi experiencia. 

Hoy en día vivimos rodeados de tecnología de todo tipo. 

Ya sea por el móvil, que es un acompañante sempiterno que siempre viaja a nuestro lado y ofrece un montón de ayuda en muchos aspectos y sirve también como entretenimiento, hasta dispositivos como altavoces inteligentes, las plataformas de streaming o incluso un simple Kindle. 

Ahora bien, aunque ofrezcan infinidad de ventajas, también traen consigo un montón de problemas asociados: nunca desconectar realmente, dormir peor o incluso sentirse perdidos dependiendo de la situación.

Tanto es así que muchas compañías ahora abogan por una necesaria desconexión digital. Google, por ejemplo, tiene una app dedicada para evitar el uso del dispositivo durante tanto tiempo y Apple también hace lo propio con el modo descanso que evita que te lleguen notificaciones durante todo el día y así puedas desconectar de la tecnología.

Es un discurso francamente interesante y creo que, después de la experiencia que me he impuesto durante 24 horas, absolutamente necesario

Me he dado cuenta de que la tecnología forma parte de mi día a día, no solo por trabajar en una web dedicada principalmente a ello, sino porque hago un uso inconsciente de ella en una infinidad de tareas que hacen que mi jornada sea más sencilla

Con tal de ver hasta qué punto me es necesaria la tecnología, me propuse un reto personal: dejarla de lado durante 24 horas

No solo te estoy hablando del móvil, el ordenador o el uso de la televisión, sino también de cualquier dispositivo que haga uso de ella: un smartwatch, un lector electrónico, el sistema de navegación del coche o el uso de una aplicación para escuchar música, por ponerte algunos ejemplos. 

Y, aunque pueda parecer sencillo, me he encontrado con muchos obstáculos por el camino. 

Así he vivido 24 horas sin pantallas de ningún tipo

El primer escollo que me encontré fue el despertador.

Habitualmente, siempre duermo con el móvil al lado, en la mesilla de noche, y utilizo la alarma del dispositivo para despertarme por la mañana. Al no poder emplearlo para esta función, me encontré con la absoluta necesidad de contar con un despertador clásico. 

Por suerte hice esto un viernes por la noche, por lo que tampoco tenía la necesidad de despertarme a una hora concreta, pero si lo hubiese hecho un día de la semana, me tendría que haber comprado un despertador para poder despertarme a mi hora. 

Al despertarme, tampoco tenía muy claro qué hora era. ¿El motivo? Uso smartwatch y en mi casa no tengo ningún solo reloj analógico que me pueda proporcionar este dato. Por suerte, mi pareja sí que tiene un reloj clásico y pude averiguar que eran las 10 de la mañana. De no haber sido así, habría tenido que interpretar la hora mirando la posición del sol... 

Tras el desayuno, me encontré con otro problema: no podía informarme de absolutamente nada. Siempre ojeo internet en busca de algunas noticias para saber qué ha pasado en el mundo y, por motivo de esta desconexión digital, no podía acceder al ordenador a hacer mis consultas diarias.

¿Mi decisión? Igual te parece cosa de la Prehistoria dependiendo de tu edad: me fui a comprar el periódico, algo que llevaba sin hacer años.

¿El problema? Aquí mi tercer punto crítico: no tengo tarjeta física ni dinero en efectivo, ya que siempre pago con el móvil. 

Mi gozo en un pozo. Aquí mi pareja también actúa como yo, por lo que me quedé con las ganas de saber algo del mundo y sin poder comprar nada.

Poco después, al no poder poner la tele para ver algo en una plataforma en streaming, opté por pasar algún rato leyendo y me encontré con otro problema: toda mi biblioteca de novedades la tengo en digital, ya que llevo un tiempo sin comprar ningún libro físico, así que tuve que coger uno de los pocos libros antiguos que tengo por casa. 

Y algo similar me ocurrió cuando quise escuchar algo de música, ya que tengo mi biblioteca en Apple Music. Por suerte, tengo un tocadiscos y bastantes vinilos, por lo que pude cubrir esta necesidad sin problemas. 

De lo que sí que me di cuenta al ponerme música en el equipo es que llevaba meses sin usarlo y eso que me he comprado algunos cuantos vinilos en estos últimos meses y no los he quemado como realmente se merecen. 

El siguiente escollo que me encontré fue a la hora de hacer la comida. Iba a hacer unos espaguetis con pesto y, como ya habrás podido imaginar, me faltaba algo para medir el tiempo de cocción. Me vi como un completo idiota contando a dedo, pero por suerte no me fallaron los números y saqué la pasta a tiempo. 

Para comer siempre me veo un episodio de Friends, algo que no pude hacer, así que opté por charlar un rato con mi pareja. Ella también echó en falta ese rato, pero al final creo que estuvo francamente bien pasar ese rato hablando en vez de estar frente a una pantalla. 

Esa misma tarde teníamos un plan con unos amigos en Madrid y aquí se presentó otro problema: no tenía ni idea de cómo llegar. Ya uso por defecto una aplicación de navegación, tanto en el coche como incluso andando para ir a cualquier sitio, por lo que sin ella me sentí completamente perdido

Por suerte conseguimos llegar, gracias a que estuvimos preguntando por la calle donde estaba el sitio al que queríamos ir, pero lo hicimos tarde. 

¿Lo peor? Que, como seguro que has adivinado, no podíamos pagar y nuestros amigos tuvieron que pagarnos nuestra parte. Sí, ya se lo he devuelto, pero en ese momento me moría de vergüenza por haberme impuesto este reto. 

Ya por la noche estaba francamente agotado y me acosté pronto. No sé si para terminar el reto lo antes posible y volver a la normalidad o bien por el cansancio. 

Lo que tengo claro es que pensaba que podía abordar este desafío con más facilidad. Al final simplemente es dejar la tecnología de lado durante un solo día, pero tal y como funciono actualmente, me ha sido mucho más difícil de lo que pensaba

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