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Investigadores logran un avance clave para el futuro de la tecnología y ordenadores cuánticos

Computación cuántica

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Foto del redactor Carolina González ValenzuelaFoto del redactor Carolina González Valenzuela

Redactora de Tecnología

  • Investigadores de la Universidad de Tokio han resuelto uno de los grandes problemas de la tecnología cuántica: conseguir enviar información cuántica de un lugar a otro.
  • "En nuestro trabajo, acoplamos algunos electrones del punto cuántico a un circuito eléctrico conocido como resonador de anillo dividido de terahercios. El diseño es sencillo y adecuado para una integración a gran escala".

Parece que cada vez con más fuerza queda claro que la electrónica en el futuro cambiará. En lugar de almacenar información en dígitos binarios como se hace ahora, se podría pasar a algo llamado electrónica cuántica. 

A diferencia de los ordenadores tradicionales que utilizan bits —ceros y unos— para procesar información, estos utilizan qubits, que pueden representar ceros, unos o ambos al mismo tiempo gracias a un fenómeno llamado superposición cuántica. Esto les da una gran ventaja en términos de potencia de procesamiento y les permite resolver problemas que son prácticamente imposibles.

El problema es que transmitir esta información cuántica de un lugar a otro —de un punto cuántico a otro en el mismo chip de un ordenador sin perderla por el camino—, ha sido difícil. 

Pero ahora, investigadores de la Universidad de Tokio han encontrado una forma de hacerlo más fácil. Han desarrollado una nueva tecnología que podría ayudar a la electrónica cuántica a funcionar mejor en el futuro.

Ordenador Cuántico

Resuelto uno de los grandes problemas de la tecnología cuántica

¿Cómo lo hicieron? Crearon un tipo especial de circuito eléctrico llamado resonador de anillo dividido de terahercios. Básicamente, este circuito está diseñado para interactuar con los electrones de una manera específica y los colocaron cerca de los electrones en el punto cuántico.

Cuando los electrones interactúan con este circuito, sucede lo siguiente: la información que llevan se convierte en ondas de luz, también conocidas como ondas electromagnéticas de terahercios. Estas ondas de luz pueden viajar mucho más lejos y más rápido que los electrones, lo que hace que sea más fácil transmitir la información de un punto cuántico a otro en el mismo chip del ordenador.

La clave aquí es que este diseño es simple y fácil de integrar, aunque a priori no lo parece, en los chips. No requiere nada especialmente complejo y todo se puede hacer utilizando las mismas técnicas que se utilizan a día de hoy en el proceso de fabricación.

Resolver un problema tan complejo con un desarrollo tan sencillo da pie a que más pronto que tarde  esta tecnología forme parte de los dispositivos cotidianos.

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Redactora de Tecnología, especializada en inteligencia artificial y ciberseguridad.

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