Conseguir fotografías de buena calidad puede resultar una tarea sencilla si tienes un móvil de alta gama; no obstante, la historia se complica si las condiciones no son las óptimas.

En mi día a día, yo suelo hacer fotos de productos para añadirlas a los análisis, con una cámara analógica, pero no de forma totalmente profesional, ya que mis conocimientos en este campo son los aprendidos durante la carrera y derivados de la experiencia que da los años.

De cualquier forma, si quieres comenzar a hacer fotografías de mejor calidad en casa, pronto te toparás con varios problemas, como la iluminación en casa (que puede no ser la adecuada) o fondos que no destacan sobremanera.

Tras varios años haciendo fotografías de productos de tecnología, he sido capaz de montar un estudio fotográfico bastante asequible y, por supuesto, optimizando todo el espacio disponible.

Sin trampa ni cartón (y rompiendo la cuarta pared), así es como lo he conseguido sin gastar una excesiva cantidad de dinero.

Tener buena iluminación, la clave de todo

Cuando comencé a realizar fotografías, tan solo contaba con una cámara analógica. Tras las primeras semanas de entrada en este nuevo mundo, descubrí que no podría lograr buenos resultados sin tener una buena iluminación.

Muchas cámaras reconocen automáticamente el tipo de bombilla que estás usando (o también puedes configurar esto manualmente), pero lo mejor es elegir una iluminación adicional que no te deje tirado en condiciones de poca luz.

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Así, cansado de tener que optar siempre por fotografiar con luz natural (con lo limitante que resulta esto), opté por invertir en lo primero, y más esencial, de un estudio fotográfico: un foco fijo con trípode que esté siempre listo para el trabajo.

En mi caso, opté por uno bastante bueno en relación calidad/precio que encontré en Amazon con muy buenas reseñas, un trípode plegable de 50 x 70 centímetros con bolsa de transporte y especializado en retratos, productos comerciales y vídeos.

Este producto lo adquirí en noviembre de 2021, por lo que ya no está disponible, pero puedes optar por otra alternativa parecida.

Tras esta primera adquisición, que tenía un precio de 38,99 euros, noté que el estudio empezaba a tomar forma, pero me surgió otro problema aún mayor: los fondos de las fotografías empezaban a quedarse cortos y repetirse.

Por eso, decidí hacer otra inversión necesaria, más aún si realizas fotografías de producto.

La opción más sensata para productos pequeños

En muchas ocasiones, me topaba con un problema: los fondos de mis fotografías requerían mover el foco a la habitación donde lo necesitaba.

De esta forma, tenía que montar siempre un estudio en cada habitación que elegía para las fotografías, lo cual implicaba una inversión de tiempo que, en muchas ocasiones, no abunda.

Así que necesitaba algo fácil de montar y que ya tuviera iluminación incorporada. Rebuscando entre diferentes opciones, me topé con las conocidas como cajas de luz fotográficas.

La que compré, una caja de luz plegable de 30 x 30 x 30 centímetros, llegaba con brillo ajustable en 112 luces LED y con 6 fondos de colores disponibles, por un precio de 35,99 euros.

En este sentido, solucioné el problema inicial de realizar fotografías en cualquier rincón de casa, sin tener que montar el foco principal, pero volvían a aparecer nuevos problemas: solo servía para productos pequeños como auriculares.

A ello se añadía que los fondos eran muy básicos, en colores lisos, con lo cual tenía que disfrazar estos con otros elementos como libros, plantas o decoraciones más pequeñas, además de revisar muy bien el encuadre.

Los fondos fotográficos, el toque profesional más necesario

Si vives en un piso o casa con varios años, seguro que tienes las paredes de gotelé, un revestimiento que se puso de moda y que, con el paso de los años, cuesta muchísimo quitar.

La historia se complica si, como yo, vives de alquiler, con lo cual no podrás eliminar este de los muros, así que solo te quedará una opción para que este no aparezca en tus fotografías: comprar fondos artificiales destinados a simular paredes reales.

Así, elegí por bucear de nuevo entre reseñas y análisis de productos que simularan dichos fondos para darle un plus al encuadre y no depender de las paredes del piso como tal.

Tras varias búsquedas, encontré unos fondos que tenían muy buenas opiniones en Amazon y, además, eran reversibles, con lo cual podía optar por diferentes texturas, como piedra o madera, y diversos colores sin necesidad de hacer compras adicionales.

Estos son unos de los que mejor valoración tienen, por un precio de 24,99 euros y diferentes opciones para que nunca se queden cortos en diversidad tus fondos profesionales.

A pesar de estar encantado con este producto, a día de hoy aún quedan ciertas cuestiones a mejorar.

Un estudio requiere una inversión constante en el tiempo

Como he mencionado, con cada solución aparece un nuevo problema.

De momento, la inversión monetaria que he realizado, con los productos que aquí has visto, se queda en poco más de 100 euros, aunque faltan algunas cosas para redondear este equipo.

Así, con productos de mayor tamaño, el estudio se ha quedado algo pequeño y he encontrado ciertas soluciones parciales, como tiras de luces LED de diferentes colores para pegar en la mesa que uses para las fotografías.

Junto al foco principal, estos darán otra luz (y color) a los resultados, además de que podrás eliminar los fondos, ya que el gotelé apenas se notará con ciertas luces.

Finalmente, tras probar varios portátiles, me encontré con otro problema adicional: algunos llegan sin lector de tarjetas. Por eso mismo, también tuve que invertir en un adaptador con diversos puertos para pasar las fotos al PC.

Sea como sea, el precio total no pasa de los 150 euros, por lo que es una inversión aceptable si estás buscando elevar el nivel de tus fotografías.