La GPU es un componente esencial de tu PC, sobre todo si la usas para actividades que requieren un alto rendimiento gráfico, como juegos, streaming o crear contenido.  

Sin embargo, la tarjeta gráfica, como se le conoce comúnmente, no es inmune al desgaste que produce el uso continuo y puede presentar problemas o averías en cualquier momento. 

Por eso, es muy importante realizar una prueba de estrés a tu GPU para evaluar su funcionamiento y su estabilidad, una acción que se recomienda hacer periódicamente. 

Qué es una prueba de estrés 

Cabe señalar que la GPU es el componente encargado de procesar los gráficos en el ordenador. Para saber si funciona correctamente y ofrece el rendimiento esperado, se puede realizar una prueba de estrés.  

Esta prueba consiste en someter a la tarjeta gráfica a una carga muy alta, similar a la que tendría al ejecutar juegos o programas que requieren mucha potencia.  

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Permite evaluar la estabilidad y el comportamiento de la GPU bajo presión. Así, se pueden detectar posibles fallos o anomalías que afecten su funcionamiento. También se puede comprobar si alcanza las velocidades y temperaturas adecuadas. 

La prueba de estrés para la GPU te permite anticiparte a los problemas y solucionarlos antes de que se agraven o dañen tu ordenador. 

Cómo realizar una prueba de esfuerzo de tu GPU 

Para realizar una prueba de estrés a tu GPU, necesitas una herramienta adecuada que pueda someterla a una carga intensiva y medir su rendimiento y temperatura.  

Una de las más populares es FurMark, que puedes descargar desde su sitio web oficial. Una vez que la tengas, abre la aplicación y ajusta las opciones personalizadas según tus preferencias.  

Puedes establecer la duración de la prueba, las alarmas de temperatura y otros parámetros que te ayudarán a obtener un análisis más preciso. Luego, haz clic en el botón GPU stress test y observa cómo tu tarjeta gráfica se comporta bajo una alta demanda.  

Durante la prueba, mantén un ojo en los indicadores de temperatura y rendimiento de la GPU, que te mostrarán el estado de salud de tu tarjeta gráfica. Existen varias razones por las que es importante realizar una prueba de estrés a tu tarjeta de vídeo.  

Estos son los beneficios de hacer una prueba de estrés a la GPU de tu PC:  

• Descubrir problemas ocultos: Al forzar al máximo tu GPU, puedes detectar fallas o errores que no se manifiestan en un uso normal. Estos pueden deberse a un overclock excesivo, un desgaste prematuro o una mala configuración. 
• Solucionar problemas existentes: Si has tenido problemas con tu GPU, como pantallazos, cuelgues o bajadas de FPS, la prueba de estrés te ayuda a identificar la causa y a aplicar soluciones. Así podrás evitar que se repitan o que se agraven. 
• Asegurar un rendimiento óptimo: Puedes comprobar si tu tarjeta gráfica está funcionando al nivel que esperas y si es compatible con los juegos o aplicaciones que usas. De esta forma, podrás optimizarla para obtener la mejor calidad de imagen y fluidez. 

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La frecuencia con la que debes realizar estas pruebas depende del uso que le des a tu GPU. Si solo la usas para tareas básicas, como navegar por internet o ver vídeos, con hacer una prueba al año es suficiente.  

Pero si la usas para actividades que requieren más potencia, como jugar a juegos de última generación o hacer edición de imágenes o vídeos, te conviene hacer pruebas más a menudo, por ejemplo, cada trimestre o cada semestre.