Desde su lanzamiento hace ya dos años, Windows 11 ha estado en una carrera para ganarse el corazón de los usuarios en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos y sus aparentes mejoras —sobre todo con la última actualización—, Windows 11 aún no ha logrado superar a su predecesor, Windows 10, en términos de cuota de mercado. 

Según datos recientes de StatCounter, Windows 10 mantiene una sólida participación en España del 71.29% en el mercado de sistemas operativos Windows en todo el mundo, mientras que Windows 11 se encuentra muy atrasado con un 26.34%. La pregunta sigue siendo la misma: ¿por qué Windows 11 no ha logrado superar a su predecesor y qué le depara de cara al futuro?

La adopción más lenta de Windows 11 puede deberse en parte a cómo los usuarios recibieron el SO al principio. Cuando se lanzó, recibió enormes críticas por sus cambios y por la falta de algunas de las funciones que los usuarios habían llegado a amar en Windows 10. 

Además, Windows 11 introdujo requisitos de sistema más altos, incluida la necesidad de un módulo TPM compatible para funcionar correctamente. Estos excluyeron a muchos ordenadores más antiguos e hizo que la bomba del odio estallase.

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A pesar de estos problemas iniciales, es innegable afirmar que Windows 11 ha evolucionado con el tiempo. Ahora ofrece más funciones que su predecesor, incluido el esperado Copiloto basado en inteligencia artificial de Microsoft, widgets y compatibilidad total con DirectStorage, que mejora la velocidad de carga de los juegos. 

Sin embargo, muchos usuarios aún prefieren la interfaz de usuario más familiar de Windows 10, que les da un mayor grado de personalización y comodidad. 

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Otro aspecto que ha influido en la lenta adopción de Windows 11 es la barra de tareas. A pesar de las mejoras realizadas en Windows 11, todavía carece de algunas de las capacidades que tenía la barra de tareas de Windows 10. 

Por ejemplo, en Windows 10, los usuarios podían ver el nombre de la aplicación junto al ícono de la misma en la barra de tareas, lo que facilitaba la identificación. Además, en Windows 10, era posible mover la barra de tareas a diferentes ubicaciones en la pantalla, lo que permitía una mayor personalización. Como ves, pequeños cambios que parece que a muchos no les termina de convencer.

Sin embargo, a pesar de la lenta tasa de adopción de Windows 11, es probable que con el tiempo supere a Windows 10 en términos de cuota de mercado, siempre y cuando no se presente una nueva versión del sistema operativo que encaje más con el gusto de muchos como el ya mencionado en algunas noticias, Windows 12. 

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La "dura" transición de Windows 10 a Windows 11: ¿Por qué deberías considerarla?

Con Windows 10 acercándose al final de su ciclo de vida —recuerda la fecha de 2025—, los usuarios se enfrentan a la necesidad casi inminente de considerar la transición a Windows 11. Aunque muchos tienen razones válidas para quedarse con Windows 10, es muy cierto que Microsoft está haciendo un esfuerzo titánico para fomentar el cambio.

Una de las razones para considerar la actualización a Windows 11 es el hecho de que Windows 10 pronto perderá las actualizaciones de seguridad y el soporte se eliminará gradualmente. Esto significa que los usuarios de Windows 10 estarán cada vez más expuestos a vulnerabilidades y riesgos de seguridad a medida que avance el tiempo. 

Además, Windows 11 ofrece una serie de características que pueden hacer que la transición valga la pena. Una de las mejoras es la función Snap, que permite acceder fácilmente a hasta seis tipos diferentes de diseños de ventana en un momento dado y siempre dependiendo de tu monitor.

El almacenamiento directo (DirectStorage) es otra gran novedad, que permite tiempos de carga más rápidos en juegos. Aprovecha al máximo las unidades NVMe y utiliza la GPU en lugar de la CPU para descomprimir archivos pequeños, lo que mejora la eficiencia y reduce los tiempos de espera. También cuenta con una función de escritorios múltiples a la que se puede acceder desde la barra de tareas. 

Si bien es lógico que algunos usuarios sientan cierta resistencia al cambio, la actualización a Windows 11 ofrece ventajas en términos de seguridad y funcionalidad. Windows 10 seguirá siendo compatible durante un par de años más, pero a medida que se acerque el final de su ciclo de vida, la migración a Windows 11 se convertirá en una necesidad y Microsoft está poniendo todo de su parte.