El olor del café es maravilloso y su sabor depende, sí, de la electricidad. Imagínate moliendo y observando cómo cada grano se carga con una energía casi mágica con la fricción. Un estudio reciente en la revista Matter ha revelado algo fascinante: la carga eléctrica de los granos de café al molerlo influye enormemente en la calidad de nuestro café.

Cuando molemos granos de café se generan cargas estáticas. Este fenómeno, conocido como triboelectrificación, no es solo un inconveniente que hace que los granos se peguen al molinillo. Según el estudio, la cantidad de esta carga varía en función del perfil de tueste y el contenido de humedad interna del grano.

Así, la humedad interna es un factor crítico. Los granos con menos del 2% de humedad adquieren una carga negativa, mientras que la adición de agua externa puede neutralizar esta acumulación de carga. 

Esta carga estática no es solo un capricho de la física. Afecta directamente a cómo se extrae el café en tu cafetera. Una menor acumulación de carga lleva a una extracción más homogénea, como si cada partícula de café fuera alcanzada uniformemente por el agua caliente, extrayendo todas sus mejores cualidades.

Conseguir un café de barista controlando como se muele

En la industria del café, controlar esta carga puede significar la diferencia entre un café mediocre y uno excepcional. Los baristas, utilizando la técnica del "Ross Droplet", ya aplican este conocimiento, rociando agua en los granos antes de molerlos. Es como agregar un toque secreto que transforma el sabor y la textura de la bebida.

Al comprender y manipular la carga eléctrica de los granos, estamos un paso más cerca de la taza de café perfecta. Como siempre, la ciencia ofrece claves para mejorar incluso nuestras rutinas diarias, convirtiendo el arte de preparar café en una experiencia aún más exquisita.