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El puerto USB-C será un quebradero de cabeza más que una ventaja para muchos usuarios

La UE quiere evitar las trampas de Apple con los cables USB-C del iPhone 15
Foto del redactor Carolina González ValenzuelaFoto del redactor Carolina González Valenzuela

Redactora de Tecnología

El esperado cambio de Apple a los puertos USB-C en los iPhone 15 está generando toda una locura para entender los cables y sus velocidades de transferencia de datos. ¿Cómo afectará esta confusión a la experiencia del usuario? ¿Existen soluciones a la vista? 

Desde hace unos días, el foco de atención se lo han llevado los iPhone 15. Pese a sus grandes especificaciones y todas las novedades que llegan además con iOS 17, es innegable afirmar que el caos y la locura que está generando el puerto USB-C es capaz de acaparar todos los titulares.

La adopción del USB-C por parte de Apple no es simplemente una elección estratégica, sino una respuesta a la regulación de la Unión Europea. 

La UE aprobó una legislación que exige un puerto de carga común en una variedad de dispositivos electrónicos, incluyendo teléfonos, tabletas y cámaras. Este puerto común es el USB-C, un estándar que ha sido ampliamente aceptado por la industria de los smartphones y otros tantos dispositivos.

Pero, como suele suceder en la tecnología y en general, en la vida, la simplicidad de la apariencia a menudo esconde complejidades por debajo y la transición al USB-C ha traído consigo un nuevo dilema: la confusión de cables.

Cables USBC

Wikipedia

La velocidad importa: USB 2.0 vs. USB 3.2 Gen 2

La adopción del USB-C en los iPhone 15 ha llevado a una división en la velocidad de transferencia de datos según el modelo que elijas. Los iPhone 15 y 15 Plus vienen con un conector USB-C que ofrece una interfaz USB 2.0, lo que significa velocidades de transferencia de datos limitadas a 480 Mbps. Como puedes ver en la tabla anterior, esta es una tecnología de hace más de 20 años.

Por otro lado, los iPhone 15 Pro y Pro Max presumen de un conector USB-C con una interfaz USB 3.2 Gen 2, que permite velocidades de transferencia de datos de hasta 10 Gbps.

Esta diferencia en las velocidades de transferencia de datos podría tener un gran impacto en la experiencia del usuario, especialmente para aquellos que deseen aprovechar al máximo la potencia de sus dispositivos. 

Los usuarios de los modelos Pro y Pro Max podrán disfrutar de una transferencia más rápida, mientras que los de los modelos estándar se verán limitados a velocidades más lentas. Sin embargo, cuidado porque aún hay más.

iPhone 15, iPhone 15 Plus, iPhone 15 Pro y iPhone 15 Pro Max

El problema no termina con la elección del modelo de iPhone. Incluso si optas por un iPhone 15 Pro o Pro Max, el cable que viene en la caja es un USB-C a USB-C compatible con USB 2.0. Esto significa que, para aprovechar al máximo las capacidades de alta velocidad de transferencia de datos de estos modelos, es una pena decirte que tendrás que comprarte otro cable por separado.

La locura se agrava aún más si eres un usuario de varios productos Apple, como ordenadores Mac o MacBook Pro, que pueden requerir cables USB-C con especificaciones diferentes para satisfacer sus necesidades de carga y transferencia de datos —compatibilidad con USB4/Thunderbolt para cargas de 100 W o transferencia de datos de 40 Gbps—.

Certificación USBC

XDA

Todo esto es un lío, vale, pero ¿cuál es la solución?

El caos de los cables USB-C es un problema que la industria tecnológica ha enfrentado durante años, y aunque existen propuestas para etiquetar y diferenciar los cables dependiendo de sus capacidades, y ya se comentó ampliamente en 2021, la adopción y seguimiento de estas recomendaciones por parte de los fabricantes es irregular.

Una solución podría provenir de organismos como USB-IF, que certifican los cables y podrían implementar etiquetas o marcas distintivas en estos para facilitar la identificación de sus especificaciones. Sin embargo, esta medida depende de la colaboración de la industria.

Como "Plan B", parece que La Unión Europea, que previamente ya ha intervenido para promover la adopción del puerto USB-C en dispositivos móviles, podría considerar tomar medidas adicionales para abordar este caos y dar a los consumidores una solución más eficiente.

Desde luego que, tras el revuelo generado por parte de la UE y la inconformidad de Apple para adoptar el puerto USB-C, parece que se podría abrir este nuevo melón y finalmente etiquetar estos cables que para muchos podría convertirse en su gran enemigo.

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Redactora de Tecnología, especializada en inteligencia artificial y ciberseguridad.

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