¿Cómo serán los coches del futuro? Esa es una pregunta que todos los amantes al motor se han realizado en alguna ocasión. Y lo que está claro es que, suceda lo que suceda, la superpotencia que a día de hoy es China quiere estar a la vanguardia de la fabricación y comercialización de los vehículos del mañana. 

Mientras todavía se discute acerca de las ventajas e inconvenientes de los modelos eléctricos con respecto a los de combustión, el gigante asiático ya mira más allá, en concreto a los coches de hidrógeno, y trabaja en la tecnología para hacerlos más eficaces que sus competidores.

Los coches de hidrógeno, el objetivo de China

China es, en la actualidad, el país del mundo donde más coches se fabrican, a una enorme distancia de su principal competidor: Estados Unidos. En total, los chinos construyen al año nada más y nada menos que 27 millones de unidades al año, una cifra muy superior a los poco más de 10 millones que se hacen en Estados Unidos.

Pero, lejos de estar satisfecha, la potencia asiática ya tiene un nuevo objetivo en mente: los coches de hidrógeno. Mientras en Europa se pretende acabar con el diésel y la gasolina para 2030, coincidiendo con todas las medidas de cuidado medioambiental que el viejo continente se ha autoimpuesto, el gobierno chino fomenta desde hace años el avance de la alternativa de hidrógeno.

Los resultados, según parece, no se han hecho esperar. De la mano del científico Jiao Kui, China ha desarrollado una nueva tecnología que podría marcar el futuro de la automoción a medio plazo en todo el mundo. Se trata de una nueva pila de combustible de membrana que, según se sabe, aumentará la potencia de las convencionales en un 80%. 

Hay que tener en cuenta, además, que China también es el mayor productor de hidrógeno del mundo lo que, sumado a su innovación tecnológica los modelos previstos para un futuro cercano, pretende posicionar al país en lo más alto de la industria del automóvil en menos de un lustro. 

¿Cuáles son las ventajas de los coches de hidrógeno?

Hay que tener presente que, incluso a día de hoy, los coches de hidrógeno son considerados la principal alternativa existente de cara al futuro. En primer lugar, porque son limpios con el medio ambiente (algo esencial en China, no solo a nivel comercial sino debido a los elevadísimos niveles de polución que sufren muchas ciudades), pero también por otras cualidades.

Sin ir más lejos, los coches de hidrógeno no necesitan de las cargas frecuentes y, por lo general, demasiado lentas que padecen los coches eléctricos, y que son el principal argumento que presentan sus detractores actuales. Además, el nuevo invento de Jiao Kui podría hacer que el precio de estos vehículos se redujera sustancialmente.

Aunque todavía es pronto cómo podrá pulirse la nueva tecnología que prepara China para sus coches de hidrógeno, lo que está claro es que sus avances demuestran un compromiso absoluto a la hora de apostar por ellos. El coche del futuro podría ser de hidrógeno, y muy probablemente chino.