Los coches eléctricos, a menudo aplaudidos como la panacea de los problemas ambientales contemporáneos, reducen las emisiones de CO₂ y prometen un futuro más limpio. Sin embargo, hay un obstáculo que a menudo es pasado por alto: los neumáticos y su desgaste.

Con el borrador reciente de la Unión Europea que prohibirá la venta de los coches que emitan CO₂ en 2035, y la posibilidad de conceder excepciones a los e-combustibles, se añade un problema nuevo a tener en cuenta con el coche eléctrico: los neumáticos.

Un informe recogido por Grist, ha traído a la luz que los coches eléctricos, predominantemente más pesados que los de combustión interna debido a sus baterías, pueden acelerar el desgaste de los neumáticos. No está de más considerar también el gasto y los problemas de seguridad vial por neumáticos gastados.

Esto no solo significa reemplazarlos con más frecuencia, sino que conlleva la liberación de partículas que ensucian el aire y el entorno. A primera vista, un coche eléctrico es mucho más limpio, pero sus neumáticos pueden estar liberando silenciosamente microplásticos y otros contaminantes.

¿La razón? El desgaste de los neumáticos no solo es constante, sino que se acentúa durante aceleraciones rápidas, frenadas y giros, sobre todo en entornos urbanos, que es donde más se usa este tipo de vehículo. Aquí radica el problema: los coches eléctricos tienden a ser más pesados que los tradicionales, por lo que provocan más contaminación por desgaste del neumático.

Contaminación en el agua por desgaste de los neumáticos

La Universidad de Portsmouth, Inglaterra, profundizó en esta cuestión, descubriendo que el desgaste de neumáticos contribuye significativamente a la contaminación por productos químicos tóxicos en aguas del Reino Unido. Estas partículas, combinadas con químicos dañinos, tienen el potencial de perjudicar la vida marina y, en última instancia, pueden infiltrarse en nuestra cadena alimentaria.

Frente a este dilema, algunos países ya están tomando medidas. Francia y Noruega, por ejemplo, están incentivando a los consumidores hacia vehículos más ligeros a través de sistemas impositivos. Estas legislaciones, aunque no diseñadas específicamente para abordar el desgaste de los neumáticos, reconocen implícitamente el impacto del peso en la carretera y el medioambiente.

Namx, el coche con cápsulas de hidrógeno para desafiar al coche eléctrico

Para realmente hacer una diferencia en nuestra huella ecológica, debemos ver más allá de la fuente de energía de un coche y considerar todos los componentes del vehículo eléctrico. Desde la batería hasta los neumáticos, cada pieza tiene un impacto.

Así, los coches eléctricos, aunque prometedores, no están exentos de desafíos, ahora también en sus ruedas. Es urgente que se reconozcan y aborden estos problemas para garantizar una transición verdaderamente sostenible hacia una movilidad más limpia. ¿Veremos alguna innovación en el material de los neumáticos?