Datar la edad de la Luna ha sido imposible hasta el momento. Sin embargo, basándose en recientes investigaciones que se sumergen en el corazón de zirconios lunares, restos tomados en la misión Apollo 17, los científicos ahora tienen pistas más claras sobre cuándo se formó exactamente nuestro satélite natural.

Cada pieza es una etapa crucial de la historia de nuestro planeta y una de las más elusivas es la del nacimiento de la Luna. Un dato clave podría haber sido encontrado en una roca que tiene mil millones de años y fue recogida la última vez que un humano estuvo en nuestro satélite.

La Luna se formó de escombros restantes a un impacto contra la Tierra

El escenario principal que se baraja para la formación de la Luna es el de un impacto gigantesco. Según este modelo, un objeto del tamaño de Marte chocó contra la proto-Tierra en formación. De los escombros resultantes, emergió la Luna. Una vez formada, pasó por una fase conocida como el océano de magma lunar que, con el tiempo, se solidificó. Ahí es donde entra el reciente descubrimiento.

Los científicos analizaron un zircón lunar proveniente de la misión Apolo 17. Gracias a técnicas avanzadas como la tomografía por sonda atómica, pudieron examinarlo a una escala nanométrica. "Estos análisis, a escala casi atómica, nos proporcionaron una ventana hacia el pasado del satélite", mencionó un experto en una declaración oficial para Geochemical Perspectives Letters.

La Luna tendría 4.460 millones de años

Lo que encontraron fue revelador. Determinaron que este zircón específico se cristalizó hace unos 4.460 millones de años. Sí, has leído bien. Esto significa que, para esa fecha, la Luna ya había pasado por su etapa de océano de magma y comenzaba a solidificarse. Los datos hasta ahora eran incorrectos.

Esto no solo ofrece una visión más clara sobre la edad de la Luna, sino que también plantea interrogantes sobre los efectos gravitacionales tempranos que la Luna, mucho más cercana en aquel entonces, tuvo sobre la joven Tierra y cómo empezó a registrar una historia de impactos.

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Más allá de la ciencia, este descubrimiento reafirma el increíble legado del programa Apolo de la NASA. "Estamos en deuda con la NASA y los astronautas del Apolo por proporcionarnos estas muestras", se reconoció en las notas oficiales del estudio.

Mientras miras hacia el cielo nocturno y ves ese brillante disco plateado, recuerda que cada día, gracias a la ciencia, estamos un paso más cerca de conocer todos sus secretos. Con este descubrimiento, la historia de nuestro satélite está comenzando a encajar, pieza por pieza, en el vasto rompecabezas del cosmos.