El aumento de la basura espacial y las pruebas de armas antisatélite están planteando un riesgo cada vez mayor para la exploración espacial. Es precisamente por esto que un nuevo estudio revela los peligros y las consecuencias catastróficas que podrían enfrentar estas actividades en el espacio.

En 2021, Rusia llevó a cabo una prueba de misiles antisatélite, disparando contra uno de sus propios satélites militares desaparecidos. 

El impacto provocó una explosión que generó una nube de escombros peligrosos, poniendo en riesgo a la Estación Espacial Internacional y la estación espacial china Tiangong. Este evento destacó el peligro de las armas antisatélite (ASAT) y sus consecuencias potenciales.

La nube de escombros resultante contenía más de 1.500 fragmentos rastreables de al menos 10 centímetros de tamaño, junto con cientos de miles o incluso millones de piezas más pequeñas. Esta nube de escombros planteó una gran amenaza para otros satélites y naves espaciales en órbita, provocando un miedo generalizado.

Las pruebas ASAT en el punto de mira por su potencial peligro

Los expertos advierten que las pruebas ASAT y la acumulación de escombros espaciales podrían llevar a un fenómeno conocido como el síndrome de Kessler. Este escenario de colisión en cascada podría dejar la órbita terrestre baja (LEO) inutilizable en aproximadamente 40 años. 

Además, se estima que hay alrededor de 6.000 satélites en órbita y 131 millones de piezas de escombros de entre 1 milímetro y 10 centímetros de tamaño, viajando a velocidades extremadamente altas.

¿Qué ocurriría si un turista espacial comete un delito en el espacio?

La importancia de los satélites en la economía y geopolítica es innegable. Sin embargo, las pruebas ASAT generan deliberadamente más escombros, poniendo en peligro su operación segura y creando un riesgo económico significativo. 

Para abordar este problema, Estados Unidos ya ha anunciado la prohibición de realizar pruebas de armas antisatélite en el espacio, con la esperanza de fomentar la adhesión de otros países a esta medida. Sin embargo, a lo largo de la historia, otros países, incluidos Rusia, China e India, han llevado a cabo pruebas ASAT.

Los países deben trabajar unidos para desarrollar estrategias de eliminación de basura espacial y la promoción de prácticas responsables de lanzamiento y operación de satélites. Además, se deben establecer mecanismos de control y verificación para garantizar el cumplimiento de las regulaciones espaciales y prevenir la proliferación de armas antisatélite.