El ser humano podría estar más cerca que nunca de probar la existencia de vida extraterrestre, y lo mejor de todo es que vamos a tener que esperar menos de 28 días para saberlo.

Durante cientos de años, el ser humano ha estado soñando con el primer contacto con extraterrestres, algo que parece más cerca que nunca, no solo por los avances tecnológicos, sino también por un acontecimiento que actualmente se está investigando.

Esto se remonta a la caída en el Océano Pacífico en 2014 de lo que parecía un meteorito, pero de lo que posteriormente se conocieron como diminutos fragmentos de metal y que fueron denominados “una aleación posiblemente artificial”, es decir, el objeto no habría sido creado de forma natural y no procede de nuestro sistema solar.

Así al menos lo piensa el profesor de física de Harvard, Avi Loeb, quien ha señalado que “existe la posibilidad de que sea artificial, que sea una nave espacial”. Ha afirmado que los resultados del análisis saldrán este mes para probar, de forma definitiva, el que sería el primer contacto de la humanidad con extraterrestres.

Actualmente, cuatro grandes instituciones de investigaciones están analizando las muestras de los fragmentos de metal recuperados en ese supuesto meteorito.

Misteriosos fragmentos de hierro

Se trata de fragmentos en forma de 50 esferas de hierro de aproximadamente 0,1 a 0,7 mm de diámetro, y que consideran que provienen de un objeto que se originó fuera del sistema solar.

De esta forma, ahora se encuentran analizando estas esferas para determinar si sus isótopos atómicos, su composición química y otros detalles pueden probar un origen de otro mundo.

“Estamos en el proceso de descubrir, dentro de un mes más o menos, de qué estaba hecho este meteorito, y si es de origen tecnológico o no”, añade.

“Se movía más rápido que el 95 % de las estrellas cercanas al sol debido a alguna propulsión que tenía. También estaba hecho de un material muy resistente”, aclara.

Al igual que el ser humano ha lanzado sondas como la Voyager 2, que es actualmente el objeto creado por el ser humano que más lejos ha llegado en el universo, otras civilizaciones podrían haber hecho exactamente lo mismo, como sería el de este caso particular.