Japón se ha convertido en el quinto país en llevar a cabo un aterrizaje suave en la Luna, tras la Unión Soviética, Estados Unidos, China e India. Pero no ha ido como la agencia espacial japonesa JAXA esperaba: el módulo lunar SLIM aterrizó de cabeza. Y en esa incómoda posición, ha comenzado a hacer experimentos.

Ha sido una visita lunar accidentada, pero Japón ha podido probar, con "relativo" éxito, su tecnología de aterrizaje estilo francotirador: ha alunizado a solo 55 metros de su objetivo. Otros módulos suelen aterrizar a kilómetros de distancia. El único pero... que lo ha hecho de cabeza:

Si te preguntas quién ha hecho la foto, el módulo de aterrizaje lleva un par de robots rodantes, que pudieron desprenderse para fijarse en el suelo, y hacer una foto ya histórica: Japón, aterrizando en la Luna al revés.

El módulo SLIM se niega a morir

Más allá de la incómoda posición, el gran problema del esta esforzada nave japonesa, es que debido a que está boca arriba, no puede desplegar los paneles solares. Así que no puede recargarse correctamente.

Los científicos confiaban en que, cuando la Luna se alinease correctamente con el Sol, la luz incidiría en los paneles sin desplegar, para recargar un poco el rover. Y así ha sido. Tras 10 días con las baterías agotadas, SLIM ha podido recargarse lo suficiente para volver a la "vida". 

Y así, panza arriba, ha comenzado a hacer su trabajo: sacar fotos del suelo lunar, y analizar las rocas:

Las fotos salen torcidas porque la cámara ha quedado inclinada, pero son perfectamente válidas.

Por desgracia, debido a su posición, el rover y la cámara no pueden moverse, así que esas son las únicas fotos que puede hacer...

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Y ahora se enfrenta a un enorme problema para el que no está preparado: la noche lunar. El lugar de aterrizaje, el cráter Shioli, va a pasar 14,5 días completamente a oscuras, en donde las temperaturas van a caer a 130 grados centígrados bajo cero. Sin energía en sus baterías para calentarse, es poco probable que el módulo SLIM sobreviva.

Aun así, los científicos japoneses de la JAXA no pierden la esperanza. Si el módulo SLIM ha sobrevivido a un aterrizaje panza arriba, quién sabe si aguantará dos semanas a 130 grados bajo cero... Cuando acabe la noche lunar, volverán a intentar conectarlo. ¡Buena suerte!