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Hasta un 80% de la nube se usa como almacenamiento: un gran desperdicio energético

Foto del redactor Juan Antonio Pascual Estapé

Redactor Colaborador

Hasta un 80% de la nube se usa como almacenamiento: un enorme desperdicio energético y ecológico

Getty Images

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Se supone que la nube debe usarse para almacenar datos que se emplean de vez en cuando. Pero una parte importante son almacenamiento permanente sin uso.

Un estudio ha comprobado que hasta el 80% de espacio de los servicios en la nube, es almacenamiento clásico: los datos se guardan en la nube, sin que nadie los use. Eso supone un desperdicio energético, en tiempos en los que no estamos como para desperdiciar energía.

Almacenar datos en la nube sin usarlos es perfectamente posible, pero esos datos se guardan en servidores activos que realizan un consumo eléctrico.

La lógica dice que si quieres un almacenamiento puro, es mejor usar discos duros o cintas magnéticas. No consumen energía y son más seguros, porque si no están conectados a Internet, los ciberdelincuentes no pueden robar tus datos.

La huella energética del almacenamiento en la nube

Llamar "la nube" al almacenamiento online es una buena jugada de marketing, pero en realidad estamos hablando de enormes centros de datos con potentes servidores que realizar un gran consumo energético, con una gran carga medioambiental.

Según un informe de la propia Red Eléctrica del Reino Unido, entre 400 y 600 centros de datos consumen el 2,5% de toda la energía del Reino Unido, y este valor aumentará al 6% en 2030.

Según un informe de NetApp del año pasado, el 41% de todos los datos que se almacenan en la nube del Reino Unido, nunca se usan. En algunos centros de datos, este porcentaje aumenta al 70 u 80%.

El centro de datos de Tesla con forma de tarjeta gráfica gigante, más que una coincidencia

En una entrevista en The Register, Matt Watts, jefe de tecnología de NetApp, asegura que entre el 15 y el 20% del consumo de la nube, son datos que nunca se usan. Eso es un desperdicio energético y medioambiental enorme, porque podrían almacenarse en discos duros o cintas, y conectarlos solo cuando se necesiten.

La solución sería utilizar herramientas de análisis como BlueXP, que analizan la última vez que se usaron los datos, para que los centros de datos en la nube sepan qué y cuántos datos hace tiempo que no se acceden, y derivarlos a servidores secundarios con un menos consumo. O incluso proponer a sus clientes que los saquen de la nube y usen almacenamiento offline.

Pero es un proceso caro, y muchos centros de datos lo ven contraproducente para su negocio. Mientras, el consumo energético de la nube crece año tras año, más aún ahora, con la llegada de la IA.

En algunos centros de datos, entre el 70 y el 80% de los datos que hay en la nube, no se utilizan nunca. Es un despilfarro energético que los proveedores tendrían que abordar.

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Etiquetas: Almacenamiento, nube