El olvidado espía y criptógrafo español, el vallisoletano Faustino Antonio Camazón, trabajó junto con Alan Turing en la desencriptación de la máquina Enigma, que permitió leer todos los mensajes de alto secreto de los nazis, y acelerar en 4 años su derrota.

Ni su familia ni sus amigos conocieron su participación en el equipo de criptógrafos de élite mundial que trabajó con Alan Turing y la máquina Enigma, hasta 20 años después de su muerte.

Faustino Antonio Camazón nació en Valladolid, en 1901. Ya desde muy pequeño reveló su carácter aventurero: con 12 años se metió en un barco como polizón, y acabó en Colombia. Cuando lo atraparon, su familia lo envió a estudiar a Madrid, en donde estudió matemáticas y aprendió inglés, francés y alemán.

Un criptógrafo de élite que hablaba 12 idiomas

Camazón pronto destacó como un hábil criptógrafo, así que entró a trabajar en el Servicio Secreto español, en la sección de criptografía. Estuvo en la guerra de Marruecos, en donde aprendió árabe. Llegó a hablar 12 idiomas, incluido el japonés.

La cuenta de Twitter RelatandoHistoria, que se dedica a difundir curiosidades de tiempos pasados, ha sacado a la luz su épica historia:

Su vida cambió por completo, como le ocurrió a millones de españoles, cuando comenzó la Guerra Civil. Faustino, que había trabajado como espía en el bando republicano, se exilió a Francia tras la victoria de Franco. Allí terminó en un campo de concentración.

Este olvidado espía español ya tenía noticias de las máquinas Enigma que los alemanes usaban para encriptar sus mensajes, durante la Guerra Civil. Se enteró de que los nazis había entregado varias de estas máquinas a la Legión Condor, el destacamento alemán que estaba ayudando a Franco.

Pasó esta información a los espías franceses, y eso le salvó la vida cuando estaba preso en Francia. Pudo hacer llegar una carta a uno de estos espías franceses, que le sacó de prisión y le integró en el Poste de Commandement Bruno, un grupo secreto de criptógrafos espías que tenía un único objetivo: desentrañar los secretos de la máquina Enigma.

El equipo PC Bruno tenía su sede en el castillo de Vignolles, al noroeste de París. Estaba formado por 15 criptógrafos polacos, 9 franceses y 7 españoles, exiliados republicanos. Faustino Antonio Camazón se convirtió en jefe del equipo español.

Aquí podemos verlo en una foto del equipo PC Bruno. Es el de la corbata a rayas diagonales, al fondo:

Tras la derrota de Francia en la Segunda Guerra Mundial el grupo se trasladó a Argelia. Se reunían en un almacén de pescado, como tapadera.

El equipo PC Bruno trabajó tres años en la desencriptación del código Enigma, y compartieron lo que habían descubierto con el equipo estadounidense y británico, liderado por Alan Turing.

Cuando al fin se desencriptó Enigma, los aliados pudieron leer todos los mensajes secretos de los alemanes durante más de un año, sin que estos lo supieran. Según los expertos, esto adelantó 4 años el fin de la guerra, salvando docenas de miles de vidas.

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Al terminar la contienda, Faustino recibió una oferta del Servicio Secreto estadounidense para que se marchase a Estados Unidos a trabajar con ellos, pero se sentía agradecido a Francia por haberle ayudado en el exilio, así que trabajó para el Servicio Secreto francés hasta que se jubiló, en 1968.

Su familia negoció con Franco su regreso sin represalias, y pudo vivir sus últimos años de vida en España. Falleció en Jaca en 1982.

Sabían que había estado en la Segunda Guerra Mundial, pero no se enteraron de su papel en la desencriptacion de la máquina Enigma, hasta 20 años después de su muerte.

Faustino Antonio Camazón, el espía nacido en España que contribuyó decisivamente a romper los secretos de la máquina Enigma, junto con Alan Turing, estuvo a punto de ser olvidado por la historia. Pero unos documentos que salieron a la luz hace 20 años, le hicieron justicia. Como tantos otros, fue un heróe anónimo que contribuyó decisivamente a la derrota de Hitler.