¿Puedes ayudarme? La lección de Steve Jobs sobre la importancia de pedir ayuda para alcanzar el éxito
En un mundo lleno de desafíos y aspiraciones, a menudo subestimamos el valor de una simple pregunta: ¿Puedes ayudarme? Hasta Steve Jobs, el genio de Apple, recurría a ella constantemente.
Steve Jobs fue un visionario tecnológico que desempeño un papel fundamental en el mundo de la tecnología. Detrás de su éxito hay una lección valiosa: la importancia de pedir ayuda para sobresalir y alcanzar los objetivos personales.
A lo largo de su carrera, Jobs, el cofundador de Apple, demostró que no hay vergüenza en buscar el apoyo, así como la experiencia de otros para lograr el éxito. Durante su vida entendió que cada persona tiene habilidades únicas, por lo que reconocer sus propias limitaciones fue fundamental.
Parte de alcanzar el éxito es reconocer las fortalezas de los demás
Steve Jobs aprendió a rodearse de individuos talentosos y a confiar en ellos para complementar sus propias capacidades. Al mismo tiempo, creía en la importancia de la diversidad en un equipo de trabajo, ya que diferentes perspectivas, además de habilidades, pueden llevar a soluciones innovadoras.
Las lecciones de Jobs nos dejan un aprendizaje valioso: admitir que necesitamos ayuda no debería sentirnos débiles o incapaces, sino que es el camino correcto para alcanzar el éxito. Cuando pides ayuda, apropiada y amablemente, la otra persona pensará un poco en ti, y al mismo tiempo la harás sentirse capaz de sus habilidades.
Un estudio publicado en Management Science revela que buscar ayuda puede tener un impacto significativo en el desarrollo de habilidades tanto de la persona que pide ayuda como de la persona que brinda su apoyo. La voluntad de solicitar asistencia refleja una preocupación por los resultados y no tanto por la imagen ante los demás.
Jobs, por su parte, consideraba que pedir ayuda era un factor determinante para alcanzar los objetivos, ya que permite pasar de los sueños a la acción con mayor facilidad. Y esto lo compartió en una de sus vivencias que tuvo a la edad de 12 años.
“Llamé a Bill Hewlett cuando tenía 12 años. Hola, soy Steve Jobs. Tengo 12 años. Soy un estudiante en la escuela secundaria. Quiero desarrollar un contador de frecuencia, y me preguntaba si tienes alguna pieza de repuesto que pueda tener”.
Steve mencionó que Bill se rio, pero después le dio las piezas de repuesto, y le ofreció un puesto de trabajo ese verano en Hewlett-Packard, y él se sintió el más feliz del mundo. Aquí es donde descubrió que, cuando la gente pregunta, hay que tratar de ser receptivo, de tratar de pagar esa deuda de gratitud.
Sin embargo, la mayoría de las personas nunca levantan el teléfono y llaman. La mayoría de la gente nunca pregunta, y eso es lo que separa, a veces, a las personas que hacen cosas de las personas que solo sueñan con ellas.
La lección de Jobs sobre pedir ayuda es un recordatorio de que ninguno de nosotros puede tener éxito por completo por nuestra cuenta. Al abrirnos a la asistencia de otros, ampliamos las posibilidades y se crean oportunidades para un crecimiento aún mayor.
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