Si algo caracteriza a la Navidad, es el hecho de estar marcada por un gran número de tradiciones. Algunas, como es natural, tienen un marcado original religioso (cristiano o anterior), pero otras resultan mucho más modernas (o incluso falsas), a pesar de que parezca que siempre han estado ahí. Es lo que sucede con las 12 uvas que habitualmente se toman en Nochevieja. 

En realidad, muchas costumbres suelen gestarse a fuego lento, poco a poco, pero también existen teorías que explican, de forma más o menos fiable, cuál es la razón por la que comemos 12 uvas en Nochevieja. Todo comenzó hace algo menos de dos siglos. 

La tradición de comer 12 uvas en Nochevieja

Hoy en día puede parecer lo más normal del mundo comer 12 uvas en Nochevieja, e incluso hay gente que piensa que se trata de una costumbre generalizada en cualquier parte. En realidad, no es así en absoluto. 

Solo en España se pone en práctica esta forma de despedir el año, si bien, con el tiempo, también se ha importado (ocasionalmente) a sitios como Portugal o Latinoamérica. Pero ni siquiera en estos lugares “hermanos” se hace siempre, ni mucho menos. Cada país suele tener sus propias tradiciones. Por ejemplo, en Italia se comen lentejas. 

Más particulares son, al menos a nuestros ojos, otras costumbres que se llevan a cabo alrededor del mundo. En Chile, es habitual dar la bienvenida al Año Nuevo visitando cementerios para recordar a los seres queridos fallecidos, mientras que en Japón la tradición budista hace sonar campañas como una forma de liberarse de los pecados. 

Volviendo a España, las 12 uvas representan los meses del año próximo, y por lo general es habitual pedir un deseo (o uno por cada uva, depende de lo ambicioso que seas) mientras se comen. Al final, todo se traduce a lo mismo: buscar la suerte para el año que está por llegar. 

¿Cuál es la razón por la que comemos 12 uvas en Nochevieja?

Básicamente, existen dos teorías que explican los orígenes de la razón por la que comemos 12 uvas en Nochevieja. La primera se remonta a 1909. Se supone que en aquel año se produjo en España un excedente en la producción nacional de uvas, y se decidió dar salida a la cosecha comerciando paquetes que representaban la suerte y la abundancia. 

Otros historiadores, en cambio, hablan de que la costumbre es anterior, y aseguran que ya se consumían uvas en Nochevieja de forma más o menos similar a como se hace ahora años antes. 

Según se dice, en torno al año 1880 empezó a hacerse como respuesta a la costumbre burguesa, importada de Francia, en la que se comían uvas y se tomaba champán para saludar al nuevo año. 

En cualquier caso, a veces es difícil rastrear el principio de algunas tradiciones, especialmente las más curiosas. Es también lo que sucede con el hecho de vestir alguna prenda roja (interior, por lo general), que igualmente se supone que da buena suerte. Sus orígenes, en este caso, están en otros lugares del mundo, y apuntan a Asia.