Hacía 40 años que la cosa no estaba tan tensa. Desde la Guerra Fría, cuando Estados Unidos y Rusia protagonizaron una disputa por el liderazgo mundial durante décadas: la cual nos llevó a la Luna, creó internet y mejoró las comunicaciones. Sí, la guerra es mala, algunas de sus consecuencias no lo son.

El problema que tenemos ahora es que el conflicto, ya inminente, no va a dejar nada bueno para la sociedad, ya que todo a punta a que será tan solo una espiral de destrucción. Aquí no vamos a estar años y años invirtiendo en innovación tecnológica. Si esto empieza es ya y su final será breve.

Tras el mensaje de la OTAN, liderada por la Unión Europa, en el que se anunciaba que los países de occidente no dejarían sin castigo las prácticas bélicas de Rusia sobre su país vecino, el presidente Vladímir Putin amenazó al mundo: "pondremos en alertas nuestro armamento nuclear".

Esto, obviamente, es una preocupación y un riesgo que asumimos desde el primer día. Rusia es una de las superpotencias mundiales con armamento nuclear suficiente como para acabar con la vida en la Tierra. La cuestión es que Estados Unidos y la OTAN en su conjunto están en la misma posición.

Y, para calmar los ánimos belicistas, la Universidad de Princenton junto a Nuclear Futures Lab han hecho una reconstrucción de lo que sucedería en una guerra nuclear dentro del contexto en el que ahora mismo nos encontramos.

"Nuestro equipo ha desarrollado una simulación de una escalada bélica plausible entre Estados Unidos y Rusia utilizando posturas de fuerzas nucleares realistas, objetivos y estimaciones de víctimas. Se calcula que habría más de 90 millones de muertos en horas", explica Alex Glaser, lider del proyecto.

Esto es, para poner contexto, como si toda la población de España se muriera... dos veces. O un poco menos que toda la población de España e Italia sumadas. O, para los centroeuropeos, es como si toda Alemania pereciese. Sin duda, da que pensar. Hay tiempo para negociar y frenar esta locura.