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Cuidado con los efectos secundarios del cloro y la cloramina de las piscinas en los niños

Cuidado con los efectos secundarios del cloro de las piscinas en los niños

La ola de calor de mayo anticipa un verano caluroso. Las piscinas se van a llevar de gente, y el exceso de cloro y cloralina puede hacer de las suyas.

Aún estamos en primavera, pero las temperaturas ya rozan los 40 grados. Y todo apunta a que vamos a pasar calor al menos hasta octubre. En este ambiente tórrido, lo primero que pide el cuerpo es agua fresca: una piscina o un chapuzón en el mar.

Desde un punto de vista higiénico es mucho más saludable bañarse en la piscina que en el mar o un río, pero eso tiene un coste.

Lss piscinas también se ensucian con bichos, hojas, polen y otras cosas que caen al agua, por no hablar del sudor y otros fluidos corporales aún más desagradables, de los usuarios. Por eso se usa el cloro y una sustancia derivada, la cloramina, que son potentes desinfectantes.

Altavoz Ultimate Ears Wonderboom en una piscina

Tanto el cloro como la cloramina matan bacterias y hongos, pero tienen efectos secundarios que pueden afectar a las personas, especialmente en los niños, si se superan los niveles de seguridad.

Tal como explica nuestra compañera Laura Priego en Business Insider, la cantidad correcta de cloro en piscinas oscila entre 0,4 y 2 miligramos por litro, según el Ministerio de Sanidad. El problema es que por descuido, por una mala medición, o para cubrirse las espaldas en piscinas muy concurridas, a veces se supera esta cantidad. Y eso puede provocar problemas en algunas personas.

El síntoma más común de un exceso de cloro son los ojos rojos y las mucosas nasales irritadas. Tambíen, dolor de garganta. Por eso es recomendable que los niños usen gafas de buceo que tapen los ojos y la nariz, si van a bucear.

Hay que tener cuidado porque en cantidad excesivas, si el niño pasa horas en la piscina, el exceso de cloro puede provocar tos fuerte, y la cloramina, potenciar e incluso provocar episodios de asma.

No hay que ser alarmistas con este tema: los niveles de cloro normales no provocan problemas, y cuando ocurren, suelen ser leves. No hay que tener miedo a las piscinas, al menos no por el cloro... Pero si vas con niños conviene vigilarlos de cerca y comprobar que no se les irriten los ojos, que no empiecen a moquear, o a toser.

Merece la pena disfrutar de una buena tarde en la piscina, pero hay tomar las precauciones debidas.

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Etiquetas: Salud, Deporte, Familia