La llegada de las mascarillas faciales a nuestras vidas (no llevarla nos puede costar hasta una multa) ha sacado a luz algo que los profesionales de la medicina, entre otros profesionales, llevan sufriendo en sus propias carnes toda la vida: usar una máscara durante un período prolongado es realmente incómodo y puede llegar a ser hasta doloroso.

Durante estos días son muchos los que se han lanzado a las redes sociales para mostrar los efectos que tiene sobre la piel, sobre todo en la parte trasera de las orejas, el uso prologando de las mascarillas. Es por ello que somos muchos los que ahora nos preguntamos cómo podemos hacer para que llevar mascarilla sea más cómodo.

Son varios los trucos que puedes encontrar en la red con ideas para que llevar la mascarilla sea algo más llevadero, valga la redundancia. Uno de los más efectivos es utilizar una diadema de tela con botones a los extremos, que puedes hacer en casa o comprar en tiendas como Amazon. 

Simplemente hay que colorar las gomas o correas de la mascarilla a los botones en lugar de las orejas, con lo que se reduce la presión  sobre mejillas, nariz y mentón, y se elimina en su totalidad la fricción con en la zona posterior de las orejas.

El problema de este tipo de diademas es que pueden llegar a romper el "sello" entre mascarilla y piel, dejando huecos en los laterales. Además puede no ser muy favorecedoras, no son para todo el mundo admitámoslo, y en países como el nuestro en los que las temperaturas están en pleno ascenso podrían  resultar molestas por el calor.

Si la diadema no te convence otra solución, algo más rudimentaria, es recurrir a un clip para papel. Simplemente hay que anclar ambas gomas de la mascarilla a través del clip y unirlas en la parte posterior de su cabeza.

Este truco para que llevar mascarilla sea más cómodo asegura la correcta colocación de la máscara, pero necesita que las gomas sean los suficientemente largas y elásticas como para no provocar excesiva presión sobre la piel.