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Cubrir un MWC es como protagonizar Lo Imposible disfrazado de James Bond

Entrada del MWC 2022 de Barcelona

El MWC lleva celebrándose en Barcelona desde 2006 y o continuará haciendo, al menos hasta 2024. Te contamos cómo vive un periodista tecnológico el MWC desde dentro.

El Mobile World Congress es, sin lugar a dudas, uno de los eventos tecnológicos más importantes del año no solo por lo que se deja ver de cara al público, sino por todo lo que se mueve entre bambalinas.

A pesar de que la situación sanitaria ha descafeinado las dos últimas ediciones, la edición de 2022 nos ha demostrado que el MWC de Barcelona continúa teniendo mucho músculo dentro de la industria tecnológica con algunas presentaciones importantes de las principales marcas.

Escribo sobre tecnología y vivo en Barcelona, por lo que este es un evento anual que espero con especial interés. Digamos que, en términos futbolísticos, con el MWC, juego en casa.

Como probablemente tú también lo hagas, antes de cubrir mi primer MWC pensaba que los periodistas paseaban por los 120.000 m2 del evento probando y descubriendo alegremente lo último en tecnología que presentaban las marcas. Una especie de Disneyland para periodistas tecnológicos. Nada más lejos de la realidad.

Lo cierto es que cubrir un MWC está más cerca de la experiencia de ver la película Lo Imposible de J.A Bayona, en la que sabes a ciencia cierta que un tsunami va a llegar y te va a arrastrar en una ola gigante de presentaciones que te lleva a un estado de prisa constante como el conejo blanco de Alicia en el país de las maravillas.

Lo más importante durante los días del MWC es mantenerte a flote para no protagonizar Titanic, y no es algo sencillo ya que los eventos se solapan y cada minuto surgen decenas de noticias importantes. Es, literalmente, imposible abarcar todo cuanto sucede cada minuto en el MWC, pero lo intentamos.

Pasillos del MWC 2022

Por eso, y aunque el MWC comienza oficialmente el último lunes de febrero, los eventos y presentaciones comienzan el sábado anterior, aunque rodeados de un secretismo que ya quisieran las pelis de James Bond.

Durante esos eventos previos las marcas nos presentan, en voz bajita y casi al oído, las novedades que se harán oficiales en el MWC.

Todo lo que se diga o vea en esas presentaciones en petit comité es confidencial y los asistentes deben firmar estrictos contratos de confidencialidad cuyo quebrantamiento dejaría a pan y agua durante meses a la mayoría de mis colegas de profesión.

Pasillos del MWC 2022

Sin embargo, es un riesgo que corremos porque aceptar ese silencio temporal nos permite traerte toda la información justo un minuto después de la presentación del producto. Y eso es lo que más nos importa.

Otro de los mitos habituales del MWC es que, durante esos días, los periodistas nos movemos de fiesta en fiesta atiborrándonos a canapés. Eso es una verdad a medias y menos mal que existen ya que, en muchas ocasiones, es el único alimento que tomamos ante los ajustados tiempos en las agendas.

Este año el MWC de 2022 se presenta más relajado, con unas marcas algo recelosas por los coletazos de la pandemia de COVID-19 que, como Samsung o Huawei, viene con sus deberes hechos y con toda la gama de móviles Galaxy S22, de los que ya hemos analizado su buque insignia, pero que siempre se guardan un as en la manga para sorprendernos.

En este caso el MWC nos ha dejado un cambio de rumbo que no esperábamos, dándole todo el protagonismo a los portátiles, tabletas e incluso algún ordenadorde sobremesa. Sí, un sobremesa en un congreso centrado en la movilidad.

El lunes es el día en el que el tsunami del MWC alcanza su punto álgido. Las presentaciones se suceden y los codazos por hacerse un hueco frente al dispositivo presentado en la zona de demos harían llorar a la selección de rugby australiana. Todavía me duele alguna costilla.

El mínimo espacio de tiempo entre eventos sirve para crear nuevas noticias, primeras impresiones de los dispositivos que se acaban de presentar y contenidos que den contexto a ese mar de datos que siempre es la tecnología.

Móvil en el MWC

Se habla poco de las largas distancias que recorremos quienes cubrimos por los pasillos del MWC.

Unos pasillos que transcurren por 7 pabellones en los que, algunos años, he llegado a hacer 14 km al día, corriendo para llegar al siguiente evento, y cargando una mochila con unos 10 kg de equipo. El Everest se ha perdido un gran sherpa conmigo.

Durante esos días, los relojes inteligentes y pulseras deportivas echan humo y no sería extraño que algún Apple Watch series 7 avise a los servicios de emergencia: o a su portador le está dando un infarto con la tensión de sacar el artículo a tiempo, o ha caído desplomado sobre la cama tras un día agotador.

Galletas en el MWC 2022

La organización lo compensa habilitando unas enormes salas de prensa con buena conectividad WiFi, galletas de dos sabores (se han hecho famosas en entre la prensa incluso más allá de nuestras fronteras) y barra libre de café. Todo lo que un periodista necesita para llamar hogar a un lugar.

Sea como sea, desde el punto de vista de quienes nos dejamos la piel sobre la moqueta de los pabellones del MWC para traeros minuto a minuto toda la información del mundo de la tecnología, el evento es como un cóctel de serotonina, adrenalina y cafeína que nos hace odiarlo cuando llega a su fin, y añorarlo cuando nos falta. Bienvenido de nuevo, Mobile World Congress.

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