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Todo lo que debes saber del USB-C para cargar la batería y por qué cada vez más marcas lo integran (incluso Apple)

Foto del redactor Claudia Pacheco

Redactora en Axel Springer España

USB C

Generado con IA

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Cada vez más fabricantes apuestan por el USB Tipo C gracias a sus ventajas en el proceso de carga y la amplia conectividad que ofrece.

El USB de Tipo C es una de las conexiones más flexibles del momento y se integra en portátiles, móviles y todo tipo de dispositivos. Las opciones son bastante amplias, pero en la práctica el USB-C es más complejo y un mismo cable no sirve para todos los usos.

Esta conexión se ha convertido en la estándar para cargar, incluso Apple ha cambiado el mítico conector Lightning por el USB-C desde el iPhone 15. Muy pocos móviles siguen integrando el micro USB como puerto de carga y la mayoría son antiguos. 

Los únicos dispositivos que tienen mayor variedad de conectores son los ordenadores, aunque los modelos actuales y los portátiles de gaming integran USB-C como conexión principal para la carga.

El USB Tipo C maneja diferentes capacidades de entrega de energía, por lo que la única forma de conocer su potencia es consultando los datos técnicos. Los puertos Type-C con Thunderbolt admiten diferentes tipos de carga.

El uso del USB Tipo C se ha extendido en los últimos años gracias a sus ventajas en las conexiones:

  • El conector es simétrico, así que el cable se conecta fácilmente sin riesgo de rotura. 
  • El enchufe es más pequeño, lo que permite diseñar dispositivos más planos y ligeros.
  • Soporta la carga y transmisión de información y vídeo entre periféricos con un solo cable.
  • Admite velocidades de carga más altas que el micro USB.

Las fuentes de alimentación de los cables micro USB entregan hasta 10 vatios y los Tipo A entre 15 y 18 vatios. El USB-C utiliza el protocolo de transmisión USB Power Delivery (PD) que permite alcanzar hasta 100 vatios.

Algunos cables Tipo-C incluso pueden llegar a los 240 vatios, aunque por el momento aún son bastante minoritarios.

El protocolo estándar Power Delivery ofrece una mayor flexibilidad en la entrega de energía. Los dispositivos y fuentes de alimentación se adaptan a la potencia del cable y cargan a la velocidad que indica, siempre que sea igual o menor que la que pueden soportar.

Así funciona la tecnología de carga USB-C con Power Delivery

Los cables USB-C utilizan la tecnología de carga Power Delivery (USB PD) para alcanzar niveles entre 5 a 48 voltios y corrientes de 3 a 5 amperios. La velocidad de carga dependerá de la fuente de alimentación, el cable y el dispositivo y será entre 10 y 240 vatios.

Los móviles de los últimos años suelen utilizar velocidades en torno a 30 vatios, mientras que los portátiles trabajan a 45, 60, 65 o 100 vatios.

El voltaje se acuerda entre la fuente de alimentación y el consumidor (disipador) antes de iniciar la carga. La fuente de alimentación verifica primero las capacidades del cable y proporciona un voltaje estándar.

La finalidad de los fabricantes es conseguir que un USB-C permita cargar cualquier dispositivo al máximo rendimiento, incluso si la fuente de alimentación no cumple sus requisitos. La mayoría de los cables proporcionan una potencia mínima y el proceso de carga será más lento.

¿Sucede lo mismo a la inversa? Los dispositivos no cargan más rápido utilizando una fuente de alimentación que ofrezca más potencia de la que el dispositivo puede soportar. A partir de la versión 3 de USB PD se ajusta el voltaje.

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Etiquetas: cargador, Cargar, USB C