Trastorno afectivo estacional: así explica la ciencia estar de bajón en otoño
Enrique Luque de Gregorio
- La falta de luz puede provocar un descenso en la temperatura corporal, con efectos que terminan por afectar al estado de ánimo.
- Depresión, falta de energía o insomnio son algunos de los síntomas que más gente padece a consecuencia del trastorno afectivo estacional.
- Con este sencillo cambio he conseguido que los radiadores de la calefacción calienten más ahorrando en la factura.
El otoño puede ser una época del año complicada para todos. Seguramente en alguna ocasión hayas sentido que después del tiempo estival, tu ánimo decaía de alguna manera.
Algo que suele achacarse a los cambios de rutina, la vuelta al trabajo, los días más cortos… ¿Pero qué hay de cierto en todo ello realmente?
Como suele suceder en estos casos, diferentes estudios han intentado explicar la realidad tras unos síntomas más comunes de lo que mucha gente piensa.
Incluso que algunos padecen sin ni siquiera ser del todo conscientes de que los sufren. La respuesta tiene nombre y apellidos: trastorno afectivo estacional. Así lo denomina la ciencia.
Así puede responder tu cuerpo al otoño
La ingeniería social parece estar construida, de forma intencionada o no, para seguir una serie de costumbres. Después del desenfado que suelen traer consigo el verano y el buen tiempo, el otoño es interpretado por muchos como “una vuelta a la realidad”. Se trata de una estación con sus encantos, cómo no, pero también sus inconvenientes.
Con ella toca decir adiós a las vacaciones, el terraceo, la ropa ligera, y empezar a combatir resfriados, vuelta al cole y días más cortos y tristes. Esa, precisamente, es una de las claves que da la ciencia para entender que puedas estar de bajón durante esta época del año: la falta de luz.
El cambio de hora, sin ir más lejos, provoca en gran medida que la noche llegue antes, algo que quizá no afecte tanto a tu rutina, pero sí a tu estado de salud mental.
La explicación científica es bastante sencilla de comprender, y tiene más que ver con el propio cuerpo que otra cosa. La falta de sol reduce la vitamina D en nuestro organismo, y eso reduce la serotonina y aumenta la melatonina.
¿Qué quiere decir esto en un sentido práctico? Pues que resulta natural que tengas más sueño y peor humor. O, al menos, que no tengas tan buen ánimo como los meses de calor y sol. Y no es simplemente una cuestión de recuperar los retos del día a día.
Qué es el trastorno afectivo estacional
Otro asunto que afecta al estado de ánimo en otoño es la temperatura corporal. Al bajar las temperaturas y tener menos sol, el ambiente está más frío y húmedo, y tu temperatura corporal lo nota. Por este motivo, el organismo funciona más lento, y esto da lugar a ciertos desórdenes, tan físicos como mentales.
Con todas estas circunstancias encima de la mesa, la ciencia ha dado nombre a lo que podría traducirse coloquialmente como estar de bajón en otoño. Lo ha bautizado como trastorno afectivo estacional. Y lo de afectivo no es baladí, teniendo en cuenta los principales síntomas que muchas personas sufren debido a él.
Entre ellas, destacan la depresión, la falta de energía o el insomnio. Todo ello provoca que tu ánimo pueda verse afectado durante un tiempo. ¿Cuánto? Eso ya depende de la naturaleza de cada persona. Para algunos, es cuestión de días, para otros, puede durar hasta la primavera.
Así que, ya sabes, si alguna vez has tenido la sensación de que el otoño te deprime, no está de más que sepas que no es una apreciación subjetiva, sino una realidad que puede que te afecte, como a muchas otras personas. No tiene nada de extraño.
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